Lo que ha unido el paro que no lo separen los partidos

La situación debe de ser tan complicada que la normalidad se convierte en noticia. Dos partidos políticos, los mayoritarios, cuyos máximos representantes han sido elegidos (bien por sus compañeros de militancia, bien por los ciudadanos) como los encargados de discutir los problemas comunitarios, imaginar soluciones y tratar de llevarlas a la práctica se sientan a debatir para hacerlo. Hasta ahí, la novedad. Debiera ser hábito diario, semanal por lo menos, y no lo es por las mezquindades de las desviaciones partidistas del actual sistema político. Por eso, cuando sucede, como ayer, resulta tan infrecuente, incluso insólito, que se erige como hecho relevante. La lógica convertida en excepción.

La única explicación para entender la inusual y provisional victoria de la sensatez frente al hábito es que los indicadores de paro, las necesidades y las dificultades son tan extraordinarios que se hace precisa la coherencia.

Hasta tal punto que PP y PSOE, con sus cúpulas directivas al frente, sin emisarios ni cargos intermedios, se sentaron ayer, a las diez de la mañana, en el Hotel Tryp Caleta de la capital gaditana. Acordaron y redactaron un asombroso comunicado conjunto. Es el primero que consta en los archivos sin muertes violentas ni tragedias humanas de por medio. A no ser que el desempleo (36% en la provincia) haya alcanzado ya esa categoría. El resultado del reencuentro, siempre provisional e inestable, es que ambas formaciones han anunciado un «nuevo modelo de trabajo» basado en el diálogo y dentro de un marco de relaciones «permanentes» cuyo objetivo es «trabajar conjuntamente pensando en los gaditanos» y defendiendo los intereses de la provincia, de manera que se destaquen sus «potencialidades y aspectos positivos». La traducción al lenguaje común de sus palabras, según confirmaron los reunidos, con los líderes provinciales Irene García y Antonio Sanz a la cabeza, es crear un grupo de trabajo que se reúna de forma periódica para tratar de analizar y aliviar los problemas prioritarios de los residentes en Cádiz.

Estas urgencias se resumen en una: empleo, aunque también se fijaron como objetivos básicos de partida otros, asociados o no, como evitar más desmantelamiento industrial, atraer nuevas inversiones (especialmente en el polígono de Las Aletas), apoyar la labor de la Universidad de Cádiz, luchar por el mantenimiento de la actividad pesquera y velar por el buen ritmo de la construcción de las infraestructuras clave en la provincia. Como apartado especial, y fundamental, acordaron debatir las medidas de auxilio «urgente» que ayuntamientos y otras instituciones deben poner en marcha para contribuir a la supervivencia económica de «las familias» golpeadas por la crisis.

Ambos partidos firmaron también en su comunicado único, en el registro de esta «histórica» reunión normal, una especie de confesión inversa: «Los gaditanos se merecen el entendimiento entre PP y PSOE. Es lo que están esperando». Cabe deducir que no se merecían lo contrario, que no lo esperaban.

«Es el inicio de una nueva etapa política para la provincia, ya que, por encima de las diferencias ideológicas que puedan existir, se alcanzarán acuerdos sobre asuntos específicos», aseguraron ambos partidos.

Ocho horas después, uno de los participantes, el máximo representante de la Junta en la provincia, Fernando López Gil, publicaba en su blog las siguientes reflexiones: «Hoy he asistido a una reunión fundamental [...] Os aseguro que no es fácil llegar a acuerdos cuando existe una distancia ideológica tan grande [...] La reunión ha sido muy positiva, fructífera y certera. Pese a las dificultades hemos sido capaces de hablar buscando siempre puntos de encuentro sobre los principales temas de la provincia».