Presión. Junqueras se dirige al consejo nacional de ERC. :: A. ESTÉVEZ / EFE Preocupación. Mas, durante la reunión del máximo órgano de Convergencia. :: L. GENÉ / AFP
ESPAÑA

CiU medita gobernar sin el apoyo de ERC

Unos y otros se esfuerzan en ser optimistas, pero son conscientes que el tiempo se acaba Ambas fuerzas se dan más tiempo para llegar a un acuerdo encallado en la fecha del referéndum

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Aunque parecía inminente, el pacto entre CiU y ERC para la estabilidad del futuro Gobierno catalán deberá esperar. Quince días de negociaciones y dos reuniones al máximo nivel no han sido suficientes para que las dos formaciones mayoritarias de Cataluña se pongan de acuerdo sobre cómo luchar contra la crisis y, sobre todo, si hay que concretar la fecha la consulta sobre la autodeterminación, la principal promesa de sus programas electorales. Si la solidez del futuro Govern ya cotizaba a la baja tras la infructuosa cumbre del viernes de Artur Mas y Oriol Junqueras, la incertidumbre sobre la viabilidad del acuerdo va en aumento.

En cualquier caso, 24 horas después, y una vez digerida la discordia, las dos formaciones nacionalistas se esforzaron por mostrarse optimistas sobre el pacto. «Es posible y Cataluña lo necesita», expresó el convergente Oriol Pujol. «Hay más puntos de acuerdo que de desacuerdo», añadió la republicana Marta Rovira. A pesar de las inyecciones de moral, la alianza no está tan próxima como parecía antes de la reunión de Mas y Junqueras en el Palau de la Generalitat ya que ambas formaciones han decidido reabrir las negociaciones, pero no entre los dos líderes sino entre los equipos negociadores, lo que denota que las diferencias no se reducen solo a fijar la fecha del referéndum.

Convergència, Unió y Esquerra reunieron ayer a sus respectivos consejos nacionales, que en un principio estaban convocados para ratificar el pacto para la gobernabilidad, y que al final sirvieron para bendecir unas conversaciones que se retomarán de inmediato. El fantasma de la ruptura, sin embargo, planea sobre las negociaciones y empieza a ganar enteros en CiU la idea de que Mas gobierne sin apoyos parlamentarios.

De momento, tiene asegurada la investidura, porque así se lo ha garantizado Esquerra, aunque Mas los ve insuficiente y quiere pactar la estabilidad de su gobierno antes de su proclamación como nuevo presidente de la Generalitat. Para ello, tiene como máximo diez días a partir del lunes, que es cuando se constituirá el Parlament. Su idea inicial era ser investido el viernes próximo, pero ha tenido que cambiar de planes y ya piensa en el 3 y 4 de enero.

Como dejaron claro las intervenciones de los tres máximos líderes en los consejos nacionales, el principal escollo que impide el acuerdo tiene que ver con la consulta. Esquerra quiere «poner fecha a la democracia», es decir, arrancar una declaración explícita de la federación sobre el cómo y el cuándo del referéndum, dijo Junqueras. CiU aún no asume esta obligación, pues se niega a atarse de pies y manos y no pretende ir más allá de lo que expresó el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, ayer: «CiU acepta que la consulta sea esta legislatura pero cree que no debe figurar en el papel la fecha concreta».

Duran, el boicoteador

La diferencia deja entrever los recelos que se tienen ambas formaciones. Desde Esquerra desconfían de la voluntad real de la federación nacionalista de ejercer el derecho a decidir, sobre todo de Duran, que se ha convertido en el blanco de todas las críticas republicanas, que le ven como el boicoteador del pacto. De alguna manera, estas rencillas iniciales no son si no el anticipo de lo que podría ser una constante en toda la legislatura, en la que Mas, en el centro, tendrá que pivotar entre las presiones de ERC y Unió.

El líder de Unió, que siempre ha mostrado sus dudas sobre la idoneidad de que CiU gobierne con Esquerra, apuntó ayer la posibilidad de que Mas gobierne en solitario. Volvería la geometría variable de la legislatura anterior, pero la gran apuesta de este mandato, la consulta, tendría escasas posibilidades, ya que tanto el PP como el PSC, si Mas llamara a su puerta, pondrían como condición que el president aparque su plan soberanista. La opinión de Duran tiene también adeptos en las filas de Convergencia.

Las discrepancias entre Mas y Junqueras no se reducen solo a la fecha de la consulta, sino que chocan en las medidas de mayor presión fiscal que propone Esquerra. El líder de CiU estaría de acuerdo en recuperar el impuesto de sucesiones para las rentas más altas, pero no da su aval a crear un impuesto sobre pisos vacíos ni uno bancario ni siquiera a la constitución de un banco público catalán como piden los republicanos. En cambio, sí que habría acuerdo sobre el incremento del impuesto de patrimonio y el de las grandes superficies. La forma de crear nuevas estructuras de estado como la agencia tributaria, el poder judicial y la seguridad social aún debe consensuarse.