La esperanza de los indecisos

El discurso realista y proeropeo de Diederik Samsom (Groninga, 1971) ha cautivado al electorado indeciso de izquierdas, que se sentía huérfano en esta campaña. Este ingeniero nuclear aprovechó sus conocimientos para mejorar el mundo desde el activismo. Se enroló en las filas de Greenpeace y no dudó en subirse a la 'zodiac' para evitar la caza de ballenas, lo que provocó que haya estado detenido varias veces. En 2003 canalizó su idealismo hacia la política y en estas elecciones ha sabido transformar esa energía en dinamismo, como orador y comunicador. De baja estatura y vestuario deportivo, en la campaña ha tenido que renunciar a su empeño de no anudarse una corbata al cuello. Casado y padre de dos hijos, uno de los cuales sufre una grave anomalía cerebral, se define ateo, ni fuma ni bebe y se ha convertido en un asiduo usuario de las redes sociales para buscar el apoyo de los votantes más jóvenes.