Policías cargan contra un manifestante que protestaba contra el partido gobernante. :: AFP
MUNDO

Cruzados contra la corrupción india

Anna Hazare y Baba Ramdev alientan la lucha contra el sistema político ante el malestar por una concesión de yacimientos de carbón

SHANGHÁI. Actualizado: Guardar
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En India todo parece imposible hasta que se abre la cartera. Para tramitar cualquier nimiedad es necesario presentar infinidad de impresos entre los que siempre termina faltando algo. El 'vuelva usted mañana' adquiere en la emergente potencia asiática su nivel culminante. Y para no perder los estribos es necesario, en demasiadas ocasiones, sacar a Mahatma Gandhi a pasear. Al Gandhi que aparece en los billetes de rupias indias, claro, porque mentar la incorruptibilidad del artífice de la independencia solo provoca miradas de perplejidad. «Aquí funcionan así las cosas», zanja un funcionario del Ministerio de Exteriores cuando este periodista pregunta por la tramitación de un permiso especial que no llega. «Acostúmbrese».

Sin duda, los viajeros ya se han habituado a las 'tarifas de servicio exprés' por las que no se emite factura, y el sobre por debajo de la mesa es parte del día a día para las multinacionales de todo el mundo, ansiosas por darle un bocado a uno de los mercados más prometedores. Incluso el primer ministro, Manmohan Singh, reconoció en un discurso que el problema adquiere dimensiones insospechadas: «Nadie duda de que podemos ser uno de los poderes económicos mundiales, pero el problema de la corrupción es un escollo para esa transformación».

Y tanto. Una encuesta de Transparencia Internacional, revela que casi un 70% de los indios ha sufrido de primera mano la corrupción, en torno al 54% ha pagado sobornos o ha utilizado su influencia para conseguir que algún trámite sea llevado a cabo, y el 64% considera que los esfuerzos del Gobierno por erradicar el problema, aunque cada vez son mayores, resultan estériles. Los partidos políticos, con una puntuación de 4,2 -5 es el máximo grado de corrupción- son las instituciones que la población considera más corruptas, seguidas por la Policía -4,1- y el Parlamento -4-.

Según esta organización, destinada a investigar y denunciar esta lacra en todo el mundo, India ocupa el puesto 95 entre los 183 países retratados en el último informe anual de 2011, y más de 15.000 millones de euros de dinero ilícito salen cada año del país. Solo el colectivo de camioneros paga en torno a 3.000 millones al año en sobornos en carreteras y autopistas, donde son frecuentes los 'impuestos especiales'. La población más desfavorecida, por su parte, gasta cada año unos 200 millones para sobornar a funcionarios y acceder así a servicios básicos que deberían ser gratuitos.

Hasta ahora, los 1.200 millones de habitantes del elefante asiático han afrontado esta situación con resignación. Pero hasta la legendaria paciencia india parece tener un límite, y dos cruzados se han erigido en adalides de una lucha contra la corrupción cada vez más enfervorecida y masiva, que también busca la aprobación de la ley que acabe con esta extendida lacra. Se conoce como la ley Lokpal, y su visto bueno en el Congreso se ha convertido en una odisea legal que parece no tener fin. Sin duda, a los políticos no les interesa acabar con el chollo.

Campaña de protestas

Anna Hazare está dispuesto a dejarlos en evidencia. En un escrito publicado en su blog y dirigido a Singh, el activista anticorrupción más poderoso del país critica al primer ministro. «En el caso de la ley Lokpal dices al pueblo que no hay consenso suficiente entre los partidos, y que por eso se retrasa su aprobación. Pero sí que conseguiste la mayoría suficiente para erigirte en presidente y para aprobar la ley del sector nuclear, aunque también contabas con la oposición de tus aliados (en la coalición). Esto demuestra que estás mintiendo al pueblo».

Y para que quede bien claro, Hazare -que ya hace un año fue detenido antes de comenzar una huelga de hambre por promover manifestaciones ilegales- ha anunciado que iniciará una gira de dos o tres meses por India para informar a los ciudadanos de las chapuzas y los tejemanejes del Ejecutivo de Singh. El último de los escándalos de corrupción, sin embargo, ya ha desencadenado una campaña de protestas que exige la dimisión del primer ministro por una polémica concesión de yacimientos de carbón a bajo precio y sin subasta previa que ha supuesto que las arcas del Estado dejaran de ingresar unos 29.000 millones de euros.

A sus 74 años ha sido apodado 'el segundo Gandhi', y es un héroe popular capaz de movilizar masas de cientos de miles de personas. Aunque muchos lo tachan de populista y de tirano -llegó incluso a plantear vasectomías forzosas para controlar la superpoblación-, el Gobierno le teme. Porque la sociedad está harta de la inoperancia de sus dirigentes y, además, Hazare ya no está solo. Su ejemplo se reproduce.

El último en haber llegado es el maestro del yoga Baba Ramdev, que este mes ha llevado a cabo una huelga de hambre de una semana con el mismo fin que busca Hazare. Y, como este, fue detenido el pasado día 13 al tratar de liderar una multitudinaria marcha hacia el Parlamento en Nueva Delhi. No obstante, la aparición de este popular 'yogui' en escena ha encendido todas las alarmas. En un primer momento aseguró que su lucha no persigue ningún fin político, pero finalmente ha reconocido públicamente que busca la caída del Partido del Congreso, actualmente en el poder, en las elecciones generales de 2014.

«Mi eslogan hoy para vosotros es 'boicotead al Partido para su derrota en los próximos comicios', y no puede haber ambivalencia en nuestra estrategia», dijo antes de sorber el zumo que puso punto final a su ayuno. Diversos políticos de otras facciones ya se han sentado a hablar con él. Teniendo en cuenta que todos son corruptos, muchos temen que Anna Hazare, que asegura estar ya preparado «para entrar en el terreno de la política», y Baba Ramdev se conviertan en lo que ahora detestan cuando consigan más poder. No en vano, ambos cruzados tienen grandes sombras. A las de Hazare se suman los extraños poderes de Ramdev, que dice ser capaz de curar la homosexualidad en seis meses a través de la meditación y de técnicas de respiración. Lo mismo es capaz de conseguir con diferentes tipos de cáncer.