Portuenses y gaditanos se debaten entre la resignación y la esperanza en el retorno

La avenida de la Bajamar se ha quedado huérfana. De silbidos, de adioses, de solera. Y de historia. Desde que aquel treinta de agosto el Vaporcito hiciera aguas en Cádiz, el muelle de Las Galeras ha permanecido cerrado. De la verja cuelgan los carteles que anuncian que allí es donde se embarca en el símbolo turístico de El Puerto y la Bahía, Bien de Interés Cultural y recuerdo entrañable de la infancia para los portuenses de pro. Tampoco faltan los abuelos sentados en el banco al fresco del atardecer. Ni los turistas sentados en la terraza del bar Liba. Falta, desde hace un año, el Adriano III, y pocos confían en que regrese.

«Allí sigue, parado, en el varadero. Eso ya se perdió, y se sabía desde que se hundió. Cuesta mucho dinero arreglarlo y ahora no hay». Enrique Gatica no tiene demasiada fe en Motonaves Adriano, a diferencia de su compañero de tertulia. «Dicen que sí, que va a volver. Lo que pasa es que las cosas tardan, porque ahora no hay dinero como antes. Pero yo creo que volveremos a verlo navegar». En un breve pulso a la opinión de los paseantes, se concluye que también existe mucha confusión y desconocimiento sobre la sucesión de acontecimientos. «Dicen que se lo van a llevar a Chiclana y que va a venir otro barco». Rosario García y Domingo Urbano aluden a la ayuda que el Vapor va a recibir de la Costa Noroeste (Chipiona, Rota y Sanlúcar), para su reparación y a la inminente llegada de 'La Pepa Cádiz', que va a partir en travesías hacia Cádiz también desde Las Galeras. «Pero no se puede comparar, porque el Vapor es algo de El Puerto. Es nuestra historia y no lo deberíamos perder», dice Sofía Otero. A escasos metros, Carmen Vázquez, portuense pero desde hace años residiendo en Zaragoza. «Yo me montaba de pequeña. Me da mucha pena que ya no esté y supongo que todo El Puerto lo sentirá igual».

Cabe recordar que en los días siguientes al hundimiento de la motonave se creó una plataforma en la red social 'Facebook' que alcanzó los cuatro mil seguidores, aunque esta iniciativa también se ha desinflado con el paso de los meses. Pero el primer aniversario del hundimiento del Vapor no pasará desapercibido en Cádiz. En la capital, el Vaporcito de El Puerto se considera también un símbolo propio, y eso hace que muchos ciudadanos echen de menos «la imagen tradicional que tenía para la Bahía». Algunos gaditanos esperan que el Vapor «vuelva a navegar lo antes posible» y que tanto administraciones como armador se pongan manos a la obra para recuperar el servicio turístico y de pasajeros que realizaba por aguas gaditanas. En ello coinciden también los turistas que pasan estos días sus vacaciones de verano en la provincia. «Es una pena que no hayan recuperado este emblema un año después», explica María Gómez, que reconoce «haberme quedado con ganas de montarme en él hace unos años», y estar dispuesta a hacerlo si el barco vuelve a navegar.

Muchos turistas aseguran haber oído «muchas historias de este barco», y también entre los gaditanos se considera «una auténtica pena» su hundimiento, del que se cumplirá mañana jueves un año.