ESPAÑA

La clave, despistar a Francia

La cúpula militar centró su plan preparatorio de la operación en evitar un chivatazo de París a Marruecos

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Una de las obsesiones de la cúpula militar que preparó el asalto a Perejil fue evitar que la operación fuera detectada por un tercer país con intereses en la región, que pudiera caer en la tentación de alertar a Marruecos y mandar al traste el dispositivo. Por eso, según rememora ahora un alto responsable militar de la época, el Ejército elaboró un plan que situó entre sus prioridades despistar a los servicios de inteligencia extranjeros, sobre todo a los de Francia, el principal valedor de Rabat en Europa.

Las autoridades españolas tuvieron muy presente el papel que jugó en esos días la diplomacia gala, que llegó a bloquear una primera declaración de la Unión Europea de apoyo a España. El motivo era la pelea soterrada entre ambos países por incrementar su influencia política y económica en el reino alauí.

La operación incluía un movimiento táctico muy peligroso por su aparatosidad: trasladar los helicópteros desde las bases de Agoncillo, en La Rioja, y Bétera, en Valencia, hasta el punto cercano a Algeciras donde comenzaría el asalto, con parada en Sevilla para repostar. «Tuvimos que hacerlos volar a cota muy baja para que no fueran detectados por radares externos, sobre todo de Francia, pero también de Estados Unidos», narra este militar.

El alto mando sigue hoy convencido de que «Francia habría levantado la voz para evitar una escalada de tensión en la zona contraria a sus intereses». La maniobra de despiste «fue un éxito» a ojos del Ejército porque «si no, hubiera sido militarmente imposible cumplir la misión de recuperar la isla»

Tomada la roca, el 19 de julio el ministro de Exteriores marroquí, Mohamed Benaissa, viajó a París, donde denunció «la invasión» y exigió la retirada de los legionarios.