CÁDIZ

LA OTRA CARA DE LOS CRUCEROS

La reparación de los grandes barcos turísticos se ha convertido en un negocio emergente en Cádiz con un fuerte impacto en la hostelería de la capitalHoteles, bares y cafeterías notan el impacto de las 2.000 personas que trabajan en el astillero de la ciudad en la reparación de grandes buques

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L a ubicación del astillero de Cádiz resulta estratégica. Pocas plantas navales del mundo pueden presumir de estar a tiro de piedra del centro de la ciudad. Así opinan Petteri Jurgen y Keso Bailon, dos técnicos de la empresa de cruceros Royal Caribbean. Ambos conocen los rincones de la capital como la palma de su mano. Dominan los bares de tapas del casco histórico, participan del ambiente que genera la plaza Mina durante los fines de semana y hasta se atreven con la historia de la Catedral cuando pasean por las inmediaciones de Campo del Sur. No es casualidad. Llevan trabajando un mes en Cádiz en la reforma del barco 'Grandeur of the Seas', que se encuentra varado desde el pasado 2 de mayo en el dique del astillero gaditano. No son los únicos. Unos 2.000 operarios de 64 nacionalidades distintas se encuentran en la ciudad poniendo apunto el interior del crucero. Se trata de carpinteros, electricistas, tapiceros, decoradores, fontaneros, soldadores e ingenieros contratados por Royal Caribbean para reformar el buque, una inversión que asciende a 48 millones de dólares, donde 300 personas de Navantia han participado también en la mejora y pintura del casco, además de en la renovación de sus tuberías.

La reparación de grandes cruceros en la Bahía acaba de abrir la puerta a una nueva vía de negocio aún por explotar que puede generar un alto valor añadido a la economía local. Navantia se ha metido de lleno en este sector y pretende convertirse en un referente europeo. La empresa ya probó suerte en 2010 con la mejora del 'Grand Mistral' y el 'Grand Voyager', de la compañía Iberocruceros, que sirvió de aval para el contrato firmado en 2011 con Royal Caribbean. Este último acuerdo ha significado la reserva del dique gaditano para reformar cinco barco. La primera actuación tuvo lugar el pasado noviembre, cuando llegó el 'Splendour of the Seas' para una profunda transformación. En un mes quedó listo. Ahora se encuentra el 'Grandeur', que zarpa mañana después de una renovación integral de proa a popa. En noviembre llegará el 'Serenade', además del 'Azamara Quest', de la compañía Azamara Cruise. El departamento de reparaciones de Navantia tiene una apretada agenda en Cádiz que, aunque no consolida al cien por cien la carga de trabajo en la planta, se necesitan más contratos y de forma más continuada, sí que tiene un efecto económico en la hostelería de la ciudad.

Unas 30.000 personas, entre tripulación, técnicos y mano de obra, llegarán a Cádiz durante los meses de noviembre y mayo próximos para atender las reparaciones de cruceros que ya hay contratadas. Además, la compañía Pullmantur también ha confirmado su apuesta por Cádiz como sede para la reparación de varios buques de su flota. Estas expectativas de negocio se han convertido en el flotador del sector servicios de la ciudad. La presencia de esta legión de obreros revierte en el desarrollo económico de Cádiz.

Una de las primeras personas en advertir este fenómeno y en llamar la atención de los empresarios ha sido, precisamente, el presidente del comité de empresa del astillero de Cádiz, Juan Bedeli, de UGT, que ha mantenido contactos con los empresarios del sector hostelero para unir esfuerzos y cambiar la imagen que puede estar exportando la Bahía como sitio conflictivo. Bedeli ha reconocido a LA VOZ que la presencia del 'Grandeur of the Seas' en el dique ha generado un movimiento diario de 800 personas en los bares y cafeterías más próximos al astillero. Este contingente ha trabajado en el interior del crucero durante un mes a tres turnos y el tiempo libre que tenían lo han aprovechado en las inmediaciones de la plaza de San Juan de Dios. Bideli ha buscado la implicación de los empresarios para aprovechar esta sinergia que vendrá a la ciudad en los próximos meses. De su presencia en la capital también se benefician autobuses y taxis.

El impacto en la capital de este negocio emergente aún no está cuantificado, pero en el foro sobre las oportunidades que ofrece el turismo de cruceros, celebrado el jueves en Cádiz, se reconoció que es un sector que deja en la economía gaditana una media de 30 millones de euros al año. Ante esta situación, la propia alcaldesa, Teófila Martínez, destacó en su discurso la necesidad de cambiar el paso para favorecer la visita de los cruceristas y dejó sobre la mesa la posibilidad de modificar los horarios comerciales para adaptarlos a la llegada de los turistas.

El presidente de los hosteleros gaditanos, Antonio de María, ha recogido el testigo de Juan Bideli y reconoce sin tapujos que los bares y cafeterías del centro de la ciudad han respirado con más tranquilidad este mes de mayo gracias al efecto del crucero que se repara en el astillero. Los locales no han incrementado plantilla, sin embargo, han mantenido sin problemas el empleo. De María rdestaca que el movimiento que genera la reparación de cruceros en Cádiz es importante y se ha notado también en los servicios que ha realizado el sector del taxi y en la ocupación de los hoteles más próximos a la factoría. La patronal de empresarios de hostelería solicitará en breve la apertura de una parada de autobuses en la puerta del astillero para favorecer también el traslado de los operarios al centro de la ciudad.

Navantia tuvo que cambiar el rumbo en 2010 al confirmar la Armada española la cancelación de su programa para la modernización de seis fragatas y el portaviones 'Príncipe de Asturias'. La compañía perdía así a su principal cliente en materia de reparaciones yle obligaba a diversificar su cartera de productos. De esta forma, metió la cabeza en la reparación de grandes cruceros. El departamento comercial echó las redes a las principales empresas del sector como Royal Caribbean, Pullmantur, Iberocruceros, MSC Cruceros y Celebrity Cruises. De momento, las dos primeras compañías ya han concretado su acuerdo con Navantia, pero la empresa necesita de una mayor estabilidad en el negocio para consolidar la carga de trabajo.

El organizador del Cruise Forum, Andrés Mira, señala que las expectativas de negocio que se abren ahora para Cádiz con la reparación de los grandes cruceros son muy grandes y no se pueden dejar escapar. El efecto inducido del contingente de 2.000 personas que reparan el 'Grandeur' se advierte no solo en la hostelería, sino tambien en los pabellones deportivos de la ciudad donde realizan competiciones por nacionalidades.

El astillero de Cádiz ha demostrado su cualificación en la reparación de estos barcos, aunque no hay perspectivas, de momento, para la construcción de este tipo de embarcaciones en la Bahía. La competencia se encuentra en Francia, con las plantas de Marsella y Saint Nazare. También en Italia, con la factoría de Fincantieri, en Trieste, y en Finlandia, con el astillero STX, en Helsinki.

Andrés Mira destaca que la industria de los cruceros está al alza y su impacto ya se nota a nivel mundial. El verdadero foco de atención del negocio se encuentra en Europa, especialmente en el Mediterráno y norte europeo. Esta industria aporta diferentes impactos económicos en sus destinos, por un lado, los pedidos a las navieras y el gasto directo de pasajeros y tripulaciones, pero uno muy especial, es el que genera la construcción y reparación de los buques. La Bahía de Cádiz ya ha conquistado el primer escalón duplicando el número de cruceros en diez años. Según los datos que maneja la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, para el conjunto de 2012 hay un total de 268 escalas reservadas en la capital. A pesar de ser una buena cifra, es ligeramente inferior a la registrada en el año anterior, cuando llegaron al muelle gaditano 299 escalas de buques de crucero, que trajeron a bordo a 377.505 pasajeros, a los que habría que sumar alrededor de 125.000 tripulantes. Sin embargo, tiene ahora que consolidar la otra pata del negocio: la reparación.