Rubalcaba y Tomás Gómez, en un acto de la última campaña electoral en Alcorcón. :: CHEMA MOYA / EFE
ESPAÑA

El PSOE se prepara ahora para la guerra interna de Madrid y Valencia

La posible victoria de Tomás Gómez en el PSM y los intentos de derribar a Alarte en el PSPV amenazan el discurso de Rubalcaba

MADRID. Actualizado: Guardar
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«Los ciudadanos necesitan que hablemos y nos preocupemos de sus problemas, no que nos enredemos en los nuestros». La frase, más o menos textual, podría atribuirse a cualquier dirigente del PSOE; la realidad, va por otros derroteros. En Ferraz asumen con resignación que aún queda mucha tela que cortar. Los rescoldos del crudo enfrentamiento vivido en los días previos al 38 Congreso Federal van camino de provocar nuevos incendios en cada uno de los territorios que, en breve, celebrarán sus propios cónclaves de 'renovación'. Las batallas inmediatas, Madrid y Comunidad Valencia.

Son los dos grandes avisperos del PSOE desde tiempo inmemorial. Ni las victorias de José Luis Rodríguez Zapatero ni la mano firme de José Blanco como secretario de Organización lograron poner orden en las convulsas federaciones durante la pasada década. Y, ahora, a la alta conflictividad interna, desestabilizadora de por sí, hay que añadir un nuevo factor: tanto una como otra pueden convertirse en reinos de taifas que amenacen los esfuerzos del nuevo secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, por devolver a su partido un discurso único.

Si alguien ha demostrado en este tiempo su voluntad de plantar cara a los designios de Ferraz de manera ostensible ha sido el líder del PSM, Tomás Gómez. El primer fin de semana de marzo se presenta a la reelección y, de momento, no tiene rival, aunque sí muchos enemigos. Gómez apostó claramente por Carme Chacón frente a Rubalcaba en la carrera por la Secretaría General. Y, aunque perdió la guerra, ganó su batalla particular. Como ya ocurrió en las primarias de 2010, de las que salió victorioso, el PSM se dividió en dos de cara al Congreso de Sevilla, pero él sacó el palo más largo en la elección de delegados.

Sus críticos, muchos de ellos afines a Rubalcaba, estudian ahora presentar una alternativa, pero paradójicamente quieren hacer primero recuento de apoyos. Es decir, se están eligiendo compromisarios partidarios de sustituir a Gómez aunque aún nadie sepa por quién. Lo que la mayoría tiene claro es que el o la aspirante tiene que salir esta vez desde dentro de la federación. Los 'experimentos' de la ejecutiva federal, hasta ahora, han salido rana.

También en la Comunidad Valenciana los 'chaconistas', si es que esa denominación puede seguir empleándose, tienen serias posibilidades. Jorge Alarte, que trató de garantizar el apoyo de su territorio a Rubalcaba sin éxito, está muy contestado. Aunque no parece tener intención de rendirse, la suya es una federación muy fragmentada y debilitada, como la madrileña, por lustros de contundentes derrotas en las urnas.

Turbulencias

Los movimientos internos para apartarle del cargo han arrancado ya con fuerza a más de un mes para la celebración del congreso regional, el próximo 30 de marzo. De momento, el aspirante con más posibilidades es el alcalde de Morella y diputado, Ximo Puig, pero hay otros posibles candidatos como Francesc Romeu, que igual que Puig ya fue candidato a la secretaría general en 2008, y cuenta con un grupo sólido de partidarios. Por parte de Izquierda Socialista, también ha dado un paso al frente Manuel Mata.

Quedan, pues, tiempos turbulentos por delante. Y eso que en muchas federaciones con líderes partidarios de Rubalcaba el resultado del 38 Congreso ha tenido cierto efecto balsámico.

Lo más preocupante es Andalucía. En la dirección del partido se felicitan por la ágil solución al último conflicto en Sevilla, pero muchos tiemblan solo de pensar en la que se avecina en caso de que, como parece, el PP logre apear al PSOE de la Junta por primera vez en 30 años. Si estando en el poder a duras penas ha sido posible contener la guerra fraticida, desprovistos de parapetos institucionales las cosas se pueden poner muy feas para los socialistas.