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El obispo llama a los gaditanos a abrir sus puertas a los inmigrantes

Rafael Zornoza Boy remite su primera carta pastoral con motivo de la Jornada Mundial de las Migraciones que se celebra mañana

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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El obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza Boy, ha emitido su primera carta pastoral con motivo de la Jornada Mundial de las Migraciones mañana domingo. En su misiva, hace referencia a esta fecha que «llama nuestra atención para que miremos a los extranjeros y emigrantes que viven entre nosotros y también a aquellos que continuamente llegan, e incluso a los que conocemos solamente por las frecuentes noticias sobre ellos, presentes en todos los países del mundo».

El obispo continúa refiriéndose a todas esas personas que son «una oportunidad de gracia para fortalecer nuestras comunidades, para vivir la caridad y para el desarrollo de nuestra sociedad. Son personas con toda su dignidad y con el derecho a salir en busca de mejores condiciones de vida. Sus personas y sus vidas nos obligan a abrirnos a un fenómeno migratorio mundial mucho más amplio, que debe ser atendido por los gobiernos y organizaciones internacionales con todo interés y respeto, e intentar remediar las causas y consecuencias, frecuentemente trágicas, de sus desplazamientos».

En la carta Rafael Zornoza se refiere al papel que debe asumir la Iglesia respecto a los inmigrantes. «La Iglesia quiere estar siempre atenta al bien común y a estas necesidades y procura la comprensión y estima que merecen los emigrantes y refugiados, que representan además para nosotros a sus pueblos de origen y sus culturas, y que vivirán una fraternidad auténtica y pacífica si se integran en la comunidad y aportan lo mejor de sí mismas».

El obispo de Cádiz y Ceuta invita a los feligreses a hacer realidad esta fraternidad de la que habla en su texto. «Que tanto los que llegan, como los que estamos aquí los recibamos y formemos una gran familia», dice.

Vecinos

En la carta pastoral se recuerda que «en las parroquias y los pueblos de Cádiz residen más de 50.000 extranjeros; y en Ceuta superan los 4.700. Están presentes en nuestras localidades, viven ya entre nosotros. Debemos salir a su encuentro y acogerles, ofrecerles aquello que facilite su vida y resuelva sus necesidades, como venís haciendo y como se intenta hacer a través de las parroquias y sus servicios, para ofrecerles nuestra amistad y facilitar la convivencia. Y, especialmente, debemos ofrecerle a Cristo y compartir nuestra fe».

El comunicado del obispo continúa diciendo: «Debemos evangelizar. El mandato de Jesús, 'id al mundo entero y proclamad el evangelio' -Mc 16.15- nos exige ser misioneros a todos. Los inmigrantes necesitan particularmente compartir la fe, en ocasiones más viva que la de algunos de nosotros, en esta que es su propia Iglesia, donde nadie es extranjero, sino hermano. Ha sido su fortaleza más intensa para luchar y sobrevivir a las dificultades, su mejor lazo y apoyo con los demás. Ellos merecen nuestro consuelo. Otros muchos, sin embargo, pueden encontrar en nosotros una valiosa ayuda en su búsqueda del sentido de su vida.

La nueva situación de los inmigrantes entre nosotros debe despertar en cada uno el entusiasmo y la valentía para evangelizar, tal como lo vivieron las primeras comunidades cristianas, todas aquellas que, a lo largo de la historia de la Iglesia, fueron generosas y vivas. ¡Cuantas conversiones se han dado a lo largo de la historia gracias a este encuentro inesperado con cristianos caritativos y que fueron acogedores, testigos espléndidos!».