Personal militar coloca una bandera en un submarino durante las maniobras que realiza la Armada iraní en el estrecho de Ormuz, al sur del país. :: REUTERS
MUNDO

EE UU frena a Irán en el estrecho de Ormuz

El Pentágono advierte que movilizará la Quinta Flota si Teherán cumple su amenaza de bloquear el tráfico de petróleo

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Irán mantiene su pulso con Occidente. El régimen islámico amenaza a la economía mundial con el cierre del estrecho de Ormuz y desde Estados Unidos responden que «no se tolerará una perturbación del tráfico marítimo en la zona». La reacción del Pentágono llega desde Bahrein, sede de la Quinta Flota que tendría capacidad de responder inmediatamente a cualquier movimiento naval iraní para bloquear este paso por el que circula gran parte del crudo que producen Irak, Bahrein, Kuwait, Catar, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos. Según los expertos, más de un tercio del consumo mundial de petróleo depende de los barcos que pasan diariamente por Ormuz y su bloqueo dispararía el precio del oro negro en los mercados.

Cuatro rondas de sanciones no han sido suficientes para que la república islámica detenga su programa nuclear y tras el último informe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) los rumores sobre un posible nuevo castigo a las exportaciones de crudo recibieron una respuesta rotunda por parte de Teherán, que depende absolutamente del petróleo para mantener su economía a flote. «Los enemigos renunciarán a sus intrigas el día que les pongamos en su sitio con toda la fuerza», declaró el vicepresidente, Mohamad Reza Rahimi, tras anunciar que «si se imponen sanciones contra el crudo iraní, no transitará ni una gota de petróleo del estrecho de Ormuz», según recogió el canal del régimen iraní en español, HispanTV.

La franja, de apenas treinta kilómetros en su parte más estrecha, se ha convertido en todo un arma de disuasión en poder del régimen islámico, que respalda la amenaza de bloqueo con unas maniobras militares navales de diez días. «El cierre sería una operación realmente sencilla», confesó el almirante de la marina, Habibollah Sayari, a la cadena PressTV, «como decimos los iraníes, más fácil que beber un vaso de agua».

Los iraníes se guardan el as en la manga a la espera de la próxima cumbre que debe tratar la crisis nuclear que enfrenta a Teherán con el OIEA. El organismo internacional exige el cese inmediato del enriquecimiento de uranio hasta que se demuestre el carácter civil de las actividades en las plantas atómicas del país.

Occidente piensa endurecer sus medidas con un embargo e Irán saca cuentas en los medios oficiales, que recuerdan estos días que la Unión Europea cubrió el año pasado el 5,8% de sus necesidades petroleras con crudo iraní, equivalente a 30,3 millones de toneladas. Según datos de la Comisión Europea, los mayores clientes fueron España con un 14,6%, Grecia con un 14%, e Italia con un 13%.

«Desviar la atención»

Desde el Departamento de Estado estadounidense su portavoz, Mark Toner, trató de enviar un mensaje de calma a la comunidad internacional y enmarcó la amenaza iraní como «un intento de desviar la atención de los compromisos que sigue sin cumplir con el OIEA».

Mientras aumenta la tensión militar en torno a Teherán el régimen islámico prepara los comicios parlamentarios de primavera. Hay más de mil candidatos inscritos en un proceso donde el sistema se juega su supervivencia, ya que será un enfrentamiento en las urnas de las dos facciones ultraconservadoras que monopolizan el poder. Los sectores reformistas permanecen apartados del juego político desde la 'revuelta verde' de 2009 y sus dos grandes líderes, Mir Husein Musavi y Mehdi Kerrubi, permanecen en arresto domiciliario.

Está prevista la elección de 310 diputados del Parlamento, aunque antes de hacerse públicas las listas electorales, los candidatos deben pasar por una revisión de idoneidad y después, ser aprobados por el Consejo de Guardianes de la Revolución.