El seleccionador italiano Cesare Prandelli entrega a Napolitano la camiseta con su cargo. :: AFP
MUNDO

El Gobierno de Monti por fin ve la luz

Hoy dará a conocer a los ministros tras lograr el visto bueno de Berlusconi a un Ejecutivo técnicoQueda por despejar si los principales partidos han aceptado comprometerse con el Gabinete del nuevo primer ministro con algún representante

ROMA. Actualizado: Guardar
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El excomisario europeo Mario Monti jurará hoy a mediodía como primer ministro del Gobierno italiano y dará a conocer los miembros de su equipo, que serán de perfil casi exclusivamente técnico. Entre mañana y el viernes se presentará a las dos cámaras del Parlamento para obtener su confianza. A las ocho de la tarde de ayer Monti compareció ante la prensa para confirmarlo y asegurar a los italianos que está «absolutamente sereno y convencido de la capacidad de nuestro país para superar este momento de dificultad». Tras terminar su infinita ronda de consultas -solo los partidos presentes en el Parlamento eran 31- se dijo impresionado por el «sentido de responsabilidad» de todos. Especialmente por la disponibilidad de empresarios y sindicatos a ceder cada uno en medidas «que no les entusiasman en el cuadro de una contribución global a resolver el problema».

Fue una pequeña señal de apertura a los inminentes sacrificios, pues como dijo la presidenta de la patronal, Emma Marcegaglia, «Monti es nuestra última oportunidad para volver a ser creíbles». Sabía lo que decía porque ayer los mercados volvieron a mostrarse sordos a los progresos de Italia por entrar en una nueva fase. La prima de riesgo volvió a ser alarmante y cerró a 529 puntos, y los intereses que Italia debe pagar por sus títulos superaron otra vez la barrera fatídica del 7%, considerada el inicio de la bancarrota. Los CDS, los seguros de quiebra, tocaron su máximo histórico por encima de los 600 puntos. Es evidente que las ceremonias palaciegas de Roma y la confusión que aún las domina no significan gran cosa para los inversores hasta que no vean hechos concretos. Italia llegará hoy por fin a eso, a un nuevo Gobierno una semana después de la caída del de Berlusconi al perder su mayoría en el Parlamento.

Solo queda por despejar la duda, que anoche seguía en el aire, de si los dos principales partidos, el Pueblo de la Libertad (PDL), de Silvio Berlusconi, y el Partido Demócrata (PD), han aceptado comprometerse directamente en el Gabinete de Monti con algún representante. Así lo había pedido el nuevo primer ministro, como señal de respaldo y consenso, pero hasta ayer la negativa parecía insalvable. No obstante, anoche se aventuraba que al final se había desbloqueado la situación y ambas formaciones habrían aceptado la entrada de un tándem, con un miembro de peso de cada partido. La batalla se centró en torno a la pareja formada por Gianni Letta, la mano derecha de Berlusconi, y Giuliano Amato, ex primer ministro del centroizquierda. No obstante, no solo contaba la opinión de los dos principales partidos, y había más vetos al respecto que complicaban esta maniobra. La lista de ministros se dejó para hoy porque negociaciones, órdagos, faroles y juegos tácticos duraron hasta el último minuto.

Un milagro

Si se confirmara un pacto para incorporar a Letta en el nuevo Gobierno se trataría de una gran concesión a 'Il Cavaliere', que había puesto su presencia como una de las principales condiciones para apoyarlo, bajo la amenaza de ir a las elecciones. El PD lo había vetado, pues exigía una «discontinuidad» total con la fase anterior y meter a Letta en el equipo es como poner al mismo Berlusconi. De hecho, a mediodía el PD desmintió un acuerdo al respecto, pero ayer por la tarde pareció retirar las barricadas. Preguntada por su veto a Letta, una de las líderes del PD, Rosy Bindi respondió que su partido «no ha puesto ninguna condición, no impediremos la formación del Gobierno Monti».

Por su parte, el secretario del PDL, Angelino Alfano dejó caer esta frase: «Si puedo dar un consejo desapasionado a Monti, y sé que él lo comparte, es que no se prive de la aportación de una persona con el sentido de Estado de Gianni Letta. Nosotros no tendríamos ninguna objeción a la entrada de Giuliano Amato». Así pues anoche parecía cosa hecha, pero a última hora la hipótesis volvió a perder fuelle. Los escenarios cambiaban cada media hora, síntoma de la tensión de las negociaciones. Es significativo lo que dijo el líder de UDC, el democristiano Pierferdinando Casini: «Si conseguimos hacer este Gobierno Monti es un milagro, porque hemos tenido que lograr un acuerdo entre fuerzas muy opuestas».

Desde luego ayer no se pudo decir con seguridad que el Ejecutivo de Monti iba a ser una realidad hasta que la delegación del PDL salió contenta del encuentro. «Creo que el intento de Monti de formar Gobierno está destinado a un buen resultado», resumió Alfano. Su reunión fue, con mucho, la más larga de todas, una hora y cuarto, pero es que el PDL era el hueso más duro de roer. Hoy se sabrá a qué precio. El PDL ha sido el que más condiciones ha puesto sobre la mesa, sin descartar romper la baraja, tal vez obligado por sus profundas divisiones internas en esta crisis. La mitad del partido quería ir a las urnas y considera esta transición casi un golpe de Estado. El hasta ahora ministro de Defensa, Ignazio La Russa, dijo ayer que es «una suspensión de la democracia que debe durar lo menos posible, ni un minuto más después del fin de la emergencia».

Otra noticia que quedaba definitivamente confirmada ayer de rebote, tras el apoyo del PDL a Monti, es la ruptura su su histórica alianza con la Liga Norte después de más de una década.