ESPAÑA

Rajoy cree que sin elecciones España estaría igual que Italia

Desvela que ha hablado con frecuencia en la campaña con Zapatero y Salgado para abordar la crisis del euro, pero no con Merkel y Sarkozy

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Mariano Rajoy lleva días alertando sobre la necesidad de enviar a Europa un claro mensaje: las políticas económicas van a cambiar en España a partir del domingo después de unos años en los que «no se han hecho las cosas bien». El líder del PP explicó ayer en León, durante una conversación informal de un cuarto de hora con periodistas, por qué pone tanto empeño en repetir esta idea en todos sus mítines. A su juicio, España no está en la misma grave encrucijada que Italia o Grecia gracias a que el domingo se celebran elecciones generales. De hecho, aseveró que la posibilidad de que se produzca un cambio de gobierno el 20 de noviembre ya supone un paso importante hacia la recuperación.

Los mercados, sin embargo, dejaron ayer mismo en entredicho esta teoría porque la rentabilidad del bono español a 10 años superó el 6% y la prima de riesgo se colocó por primera vez por encima de los 430 puntos. Para este revés también tiene una respuesta: la campaña electoral está resultado demasiado larga, una sensación que el candidato transmite en sus últimos mítines. No habla de los 15 días que estipula ley sino de los más de 90 que han transcurrido desde que Zapatero anunciase el adelanto electoral en julio. Acotó que hubiera sido más positivo para todos celebrar estos comicios en septiembre. El dirigente popular es consciente de que la situación económica de España «es muy difícil». Tanto que ha mantenido varias conversaciones con José Luis Rodríguez Zapatero y con la vicepresidenta Elena Salgado en los últimos días para abordar las turbulencias de los mercados, la debilidad del euro y las consecuencias del cambio de primer ministro en Italia. Por el contrario, confesó que no ha mantenido contactos directos con Nicolas Sarkozy y Angela Merkel. Apostilló que los presidentes de Francia y Alemania conocen «perfectamente» la posición del PP ante la actual coyuntura y, en especial, su negativa a la Europa de dos velocidades con países que sí puedan emitir bonos europeos y otros, que no. Un criterio que el PP habría hecho llegar a París y Berlín mediante sus embajadores en España.

El temor a una posible intervención de nuestra economía, como ha ocurrido en Irlanda, Portugal y Grecia, forma parte de los argumentos con los que Rajoy reclama en sus mítines una mayoría amplía para el PP. En Oviedo, ante unas 4.000 personas, justificó la oportunidad de votar a su partido para evitar que «la ola de desconfianza que se ha extendido sobre nuestro país se prolongue en el tiempo».

Rajoy, pese a lo que expresan otros miembros de su partido, aseguró que no tiene por qué dudar del Ejecutivo de Zapatero cuando anuncia que cumplirá con el objetivo de déficit para este año. Eso sí, tampoco pone la mano en el fuego y deja en cuarentena la posible herencia que reciba del PSOE tras las elecciones.

Ministros independientes

Rajoy, aunque se siente vencedor virtual, quiso poner en cuarentena las encuestas que se publican estos días e, incluso, las que su propio partido está realizando. Solo se cree los porcentajes y las tendencias porque le parece muy arriesgado atribuir escaños por provincias, ya que puede darse el caso de que se gane por 16 puntos en una provincia y es factible que no sea suficiente para sumar un diputado más.

De lo que no soltó ni prenda Rajoy fue sobre su futuro Gobierno y, en concreto, sobre la posibilidad de que José Manuel González Páramo fuera el hombre elegido para el ministerio de Hacienda. Se limitó a decir que ni confirmaba ni desmentía esta noticia adelantada por ABC.Radio. Sí dejó abierta la puerta a la inclusión de hombres y mujeres independientes aunque carezcan de experiencia política. La discusión sobre si los países necesitan en estos momentos de crisis más tecnócratas y menos políticos la zanjó al afirmar que también considera perfectamente posible que un político pueda tener los conocimientos suficientes para responder a las exigencias de un departamento gubernamental.

En cuanto a su rival, Rajoy cree que Alfredo Pérez Rubalcaba ha dado un nuevo giro a su campaña para intentar aglutinar todo el voto de la izquierda, algo que debería preocupar, en su opinión, a Izquierda Unida.