Dos operarios retiran un cartel del derrotado candidato de la CDU, partido de Angela Merkel. :: FABIAN BIMMER / REUTERS
elecciones en alemania

La oposición le enseña la salida a Merkel

La canciller alemana defiende la solidez de su coalición, mientras socialistas y Verdes le exigen el adelanto de las elecciones

BERLÍN. Actualizado: Guardar
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El viejo refrán popular de «al mal tiempo buena cara» cobró actualidad ayer en Berlín cuando la canciller, Angela Merkel, se enfrentó a la prensa en la sede de su partido, la CDU, para comentar el resultado de la contienda electoral la capital. En un gesto interesado, Merkel prometió que la coalición de Gobierno seguirá unida y no le dio importancia al desastre electoral que vivió el partido Liberal, que obtuvo un miserable 1,8 % de los votos, tres décimas menos que el NPD, el partido neonazi.

Ante la certeza de que el famoso 'superaño electoral' había llegado a su fin y que el calendario le ofrece varios meses de calma, la canciller optó por enviar un mensaje de tranquilidad al país, destinado a acallar las exigencias de la oposición, que piden a gritos nuevas elecciones nacionales y la búsqueda de un nuevo consenso para hacer frente a la crisis del euro. «Creo que continuaremos con el trabajo de la coalición y pienso que no será más difícil», dijo. «Quiero una propia mayoría y esa es mi meta», añadió la canciller al referirse a la crucial cita que tiene el Bundestag el próximo 29 de septiembre próximo, cuando los diputados deban aprobar la ampliación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera.

El viejo refrán popular también cobró actualidad en la sede del FDP, donde sus líderes, aún marcados por la terrible derrota sufrida el domingo, prefirieron cerrar los ojos a la realidad y eligieron una peligrosa huida hacia delante que solo promete nuevos problemas para el Gobierno.

El jefe del partido, Philipp Rösler, admitió que el FDP había vivido la peor noche electoral en su historia pero, en lugar de dar marcha atrás en su estrategia populista antieuropea, prometió seguir utilizando todos los foros a su alcance para defender una «quiebra ordenada» de Grecia, una opción que ayer volvió a ser rechazada por la propia canciller.

Rösler tampoco quiso poner fin a la recolección de firmas entre las bases del partido, cuya meta es convocar un referéndum para obligar a la dirección de la formación a bloquear nuevos programas de ayudas financieras y votar en contra del nuevo mecanismo de rescate permanente del euro.

El populismo antieuropeo impulsado por Rösler, además de ser castigado en las urnas por los votantes de Berlín, no solo está causando un daño enorme a la credibilidad de Alemania en Europa sino que deja al desnudo la falta de autoridad que tiene Merkel en el seno del Ejecutivo. La canciller prometió ante el Bundestag que lucharía con todos los medios a su alcance para conservar la precaria unidad de los países de la zona euro y evitar el colapso de la moneda.

Boicot en su propio partido

Pero la promesa de Merkel, en lugar de ser cuestionada por los partidos de la oposición, está siendo boicoteada por sus propios aliados, una certeza que convenció a los líderes del SPD y a los Verdes para exigir el fin de la coalición y la convocatoria de nuevas elecciones. «Si la canciller y su ministro de Finanzas quieren hacer justicia a su responsabilidad histórica hacia Alemania y Europa no pueden seguir gobernando con esa coalición», dijo el jefe del SPD, Sigmar Gabriel, antes de que se conociera el resultado de las elecciones de Berlín. «Hay que poner fin al rumbo aventurero de este Gobierno», añadió la copresidenta de los Verdes, Claudia Roth.

La idea de acabar de forma anticipada con la coalición de Gobierno también fue mencionada por el triunfante alcalde de Berlín, Klaus Wowereit, quien destacó ayer que su triunfo ha dado a su partido un impulso en todo el país para desbancar a lo que calificó como «la espantosa coalición» que dirige la canciller. «Estoy feliz de haber dado un viento de cola al partido. En los estados de Alemania queremos establecer las bases para desbancar a esta espantosa coalición y formar un Ejecutivo socialdemócrata que beneficie a todos los alemanes», dijo.

Los deseos de Wowereit, del jefe de su partido y de la copresidenta de los Verdes pueden empezar a volverse realidad el próximo 29 de septiembre si Merkel fracasa en su intento por obtener una mayoría propia en el Bundestag para aprobar la ampliación de los avales y fondos que Alemania aporta para ayudar a Grecia e impedir el colapso del euro. Aunque la aprobación está asegurada gracias al apoyo del SPD y los Verdes, un grupo de unos 30 diputados rebeldes de la coalición quieren votar en contra, una revuelta que acabaría con la autoridad de la canciller.