Pedro Carrión fue el autor de dos de los cinco goles que le metió el San Fernando al Conil. :: FRANCIS JIMÉNEZ
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Una goleada para salir del bache

Germán se unió a los bigoleadores Pedro Carrión y Sergio Beato, y los azulinos regresaron a la senda de la victoria en un entretenido derbi El San Fernando no perdona ante el Conil y pone fin a dos derrotas consecutivas

SAN FERNANDO. Actualizado: Guardar
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El San Fernando enjuagó sus problemas, su crisis y su mal momento con una goleada ante un Conil que pagó, irremediablemente, las dos goleadas encajadas por los isleños con un fuerte varapalo.

Y el partido no fue tan fácil como refleja el marcador. Y no lo fue porque el Conil, lógicamente, quiso pescar en río revuelto y buscó acentuar la crisis de resultados de los de Menudo. Tras adelantarse los de La Isla con empuje, los conileños se asentaron en el terreno de juego e, incluso, se llegó a temer lo peor, pidiendo la parroquia isleña la llegada del descanso lo antes posible.

Las jugadas más destacables de esta primera mitad fueron de los foráneos, que tuvieron en Dani Fornell y Villalustre la oportunidad de la igualada en el primer periodo.

La consigna de Kiko en el descanso fue clara. Presionar y buscar la igualada para, de esta forma, desestabilizar emocionalmente a los azulinos.

La clave del partido estuvo, sin duda alguna, a los dos minutos de la reanudación. En un visto y no visto, se pasó del susto, en una jugada donde Villalustre anotó, pitando el auxiliar un más que dudoso fuera de juego, al dos a cero, en una jugada calcada del primer tanto, con Pedro Carrión cogiendo la espalda del centro de la zaga y la duda de Carrasco. Cabe señalar que todavía se duda si el remate del delantero isleño entró dentro de la portería o Samuel pudo sacar el cuero antes, pero el auxiliar, en esta ocasión corrió para el centro del campo y, con su decisión, acabó con el choque.

Apisonadora isleña

El Conil bajó los brazos y, el San Fernando, sediento de goles y reconciliación, dejo desbordar el juego que tiene que desplegar. Rápido, conciso y resolutivo. Germán puso el tres a cero y Sergio Beato la guinda.

El jerezano se inventó el cuarto tanto en una jugada apoyada en Ñoño, que ayer dio dos asistencias de gol y certificó la goleada con un disparo desde más de treinta metros que sorprendió al ex azulino Carrasco. Los de Conil echaron el resto al final y Villalustre hizo buena su tradición ante los de San Fernando para anotar el tanto de la honra.