Los niños observan cómo colocan el 'árbol de la vida'. :: MIGUEL GÓMEZ
CÁDIZ

Una parte de Bielorrusia brota en la ciudad

Una treintena de menores se encuentra en un programa de saneamiento durante 45 días en familias de acogida temporal El grupo de niños bielorrusos dice adiós al verano en Cádiz

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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El parque Genovés, hasta el día de hoy, ha sido un testigo silencioso de la historia de Cádiz, de la vida y milagros de generaciones de gaditanos. El último episodio que se ha vivido en el parque tiene que ver con la inminente partida de los niños bielorrusos que durante mes y medio han estado viviendo con sus familias de acogida y que ahora, en el momento de regresar a sus casas, han querido dejar otra huella más de su estancia en Cádiz al plantar un árbol, al que en los próximos días se le añadirá una placa que conmemore los 10 años del programa de acogida 'Dando vida'.

Los niños se turnan para echar una palada de tierra sobre las raíces de la palmera. Los miembros de las diferentes familias gaditanas están allí para hacerles todas las fotografías que puedan, saben que pronto los pequeños se marcharán de nuevo a su país y hay que guardar todas las instantáneas que se pueda para que el tiempo de espera hasta que regresen se pase más rápido. «Aún no se han ido y ya estoy contando los días para que vuelva» comentan Mariví y Ana, dos madres de acogida que año tras año participan de este programa desde hace tiempor «en esta ocasión, solo han estado mes y medio aquí pero a ver si otro verano pueden ser dos meses», al hablar de los pequeños sus caras se iluminan, no se puede esconder lo que sienten al formar parte de la vida de unos niños que buscan en España un saneamiento.

El resto del año se encuentran afectados por la radiactividad que aun continúa en la zona tras el accidente nuclear de Chernobil que este año conmemoró su 25 aniversario el pasado 26 de mayo.