Los globos aerostáticos protagonizan los óleos de González Calderón

¿Quién no ha imaginado surcar los cielos a bordo de un globo aerostático, con toda la magia que encierra este vehículo tan romántico como antiguo? A Juan Manuel González Calderón le obsesionan, igual que a Willy Fog, por ello son el eje central de su producción pictórica más reciente. En su última muestra, 'Ad Libitum' -'A placer', si se traduce del latín-, los hay de cuento -un regalo para su pequeña-, con estrellas, rayas, abstractos, circenses y vistos desde los ángulos más imposibles. La muestra se antoja como un juego de líneas, colores y formas que a veces se separan de lo meramente figurativo para explorar la vertiente más minimalista y esencial del arte. «Siempre me muevo entre el expresionismo, lo abstracto y lo figurativo. En este caso, mi objetivo no era otro que jugar con el color».

Así, tal y como el propio artista reconoce, cada obra tiene su propia personalidad, pero el 'leit motiv' es expresarse a través de la pincelada y el color.

En su exposición, que se inaugurará el próximo viernes 17 en la Galería Artífice de El Puerto, se pueden ver un total de 13 obras en formato cuadrado de dos tipos de dimensiones, de 89x89 y 60x60. Todas ellas son óleos sobre lienzo, algunas son collages y otras juegan con el grafito.

Nacido en Jerez y residente durante años en Oviedo, González Calderón ha vuelto a su tierra para dedicarse por entero a su pasión, la pintura. Perteneció al colectivo Arte 90 durante diez años y ha realizado multitud de muestras individuales y colectivas, una de ellas en la ciudad de Nueva York. «Se trataba de una colectiva de pintores del Estrecho», recuerda con satisfacción.