AL PALO

EL MÁSTER DEL MÍSTER

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El Xerez le ha pagado esta temporada un máster al entrenador Javi López. En su descargo hay que decir que vino con los ecos de la renuncia de Gorosito, el segundo mito del xerecismo tras Esteban. Lo ha recordado Bermejo, de la plantilla de Primera quedaron cinco o seis jugadores y se sospechó en los inicios de la excesiva media de edad de la plantilla. Pasaron los meses, y a través de un juego práctico, poco vistoso, pero en cambio goleador, el Xerez ha podido llegar con opciones (¡las sigue teniendo aunque remotas!) de jugar el play-off de ascenso. Con oficio, con profesionalidad, el Xerez sacaba adelante los partidos. A Javi López se le podría reprochar su poco manejo de la situación emocional del grupo. Ejemplos: Antoñito, que se irá del Xerez sin la despedida farandulera que merece o el de José Vega, al que ha aburrido y desmotivado; Capi diciendo que no es interior sino medio-punta; Edu Moya cantando por bulerías por no jugar. Más: el no hacer grande en utilización, en minutos, en hacer partícipes de un objetivo, a toda la plantilla. Ha utilizado muchos minutos a doce, trece o catorce jugadores. No ha aprovechado el fondo de armario, no ha administrado los esfuerzos, hubo jugadores que llegaron arrítmicos a ese partido clave (Gérard) de Vallecas. Lo mismo que hay relaciones de amor y frenesí entre entrenadores y equipos (el propio Esteban y el Xerez), hay incompatibilidad de caracteres entre técnicos y entidades con sus aficiones por muy pulcras y serias que se hagan las cosas. El catalán aprobó el objetivo de la permanencia, pero queda la sospecha de que se ha podido perder el tren del play-off antes por falta de valor y de confianza que por mérito de los adversarios. Espera el domingo el Celta, despedida del equipo en Chapín. ¿Temporada de transición-estabilidad institucional o temporada perdida por lo barato que estaba jugar el play-off?