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Una víctima de la que se sabe poco y demasiado

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La mujer que denunció al director gerente del Fondo Monetario Internacional trabaja en el hotel Sofitel de Manhattan desde hace tres años y su actividad allí no había motivado queja alguna, según informó la dirección del establecimiento al diario 'New York Post'. La víctima de la supuesta agresión sexual por parte de Dominique Strauss-Kahn es de origen africano, tiene 32 años y reside en el Bronx neoyorquino con su pareja y una hija de 16 años, aunque otras versiones sostienen que es madre de dos niños.

Una persona, pues, de la que se sabe poco, por su condición de víctima de un grave delito. O demasiado, a juzgar por la precipitación de los abogados defensores de Strauss-Kahn en divulgar que no creen su versión de los hechos porque se trataría de una mujer 'poco seductora'.