PAN Y CIRCO

DESILUSIÓN

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Ésta es la palabra que, a juicio de la mayoría de los cadistas que aún siguen pendientes de la decepcionante trayectoria del equipo amarillo, mejor define la actual situación del club. La ruina de la economía, el imparable descenso de espectadores, la escasez de calidad de la plantilla, la ausencia de ideas y, en consecuencia, la permanente pérdida de puntos son las causas que han determinado que se vacíe el depósito de las ilusiones, ese carburante imprescindible para participar con éxito en las competiciones deportivas. En esta lamentable situación ya no valen las explicaciones de los técnicos ni, mucho menos, las promesas de los jugadores. Volver a escucharles esa eterna cantinela de que, como han repetido desde el comienzo de la competición, «a partir de ahora no hay más remedio que ganar los puntos de tres en tres», nos suena a irritante música celestial. En estos momentos decisivos, lo único que deberían hacer los profesionales es guardar silencio y ganar partidos. Alimentar con palabras las ilusiones de ese ascenso que tan necesario es para garantizar la supervivencia del club resulta ya un procedimiento contraproducente y cierra las escasas vías que nos quedan para asumir con realismo otra nueva frustración. Un análisis minucioso del amplio trayecto que el equipo ha recorrido debería ayudarnos a reconocer la gravedad de un diagnóstico que se viene repitiendo en las últimas temporadas. Hemos de ser conscientes de que, por muy doloroso que sea, es preferible preparar los ánimos ante un fracaso que, desde el comienzo de esta Liga, era previsible. En contra de los que, como Pachón, afirman que «la liguilla ya comenzó la semana pasada», mucho nos tememos que la temporada finalice en el partido contra el Melilla. En la actualidad, el único discurso creíble es el de los puntos que aseguren el ascenso a la Segunda División.