ESPAÑA

La Audiencia Nacional decidirá si Camacho declara en el chivatazo

Dignidad y Justicia recurre ante la Sala el dictamen de Ruz de mantener al número dos de Rubalcaba al margen

MADRID. Actualizado: Guardar
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La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional será la que al final decida si hay indicios suficientes para que el secretario de Estado para la Seguridad, Antonio Camacho, declare como testigo en el sumario sobre el chivatazo a ETA en mayo de 2006. Dignidad y Justicia, acusación popular en el sumario, presentó ayer un recurso de apelación contra la decisión del juez del caso, Pablo Ruz, de mantener al margen al número dos de Alfredo Pérez Rubalcaba. El órgano superior del tribunal deberá, por tanto, zanjar la polémica de si procede o no el polémico interrogatorio.

La acusación insiste en reclamar la declaración de Camacho para que explique las llamadas que recibió del entonces director general de la Policía, Víctor García Hidalgo, en fechas claves de la delación al aparato de extorsión terrorista. El exdirector, y ahora imputado, llamó al móvil oficial de Camacho dos veces horas antes del chivatazo, otras dos veces el día del soplo y cinco en septiembre de 2006, cuando comenzó la investigación sobre el aviso.

Dignidad y Justicia, en su escrito, asegura que no contar con la versión de Camacho sobre esas conversaciones podría ser «gravemente perjudicial» para la investigación del soplo y recuerda que la línea de Ruz, y de sus antecesores en el Juzgado Central de Instrucción Número 5, hasta ahora ha sido llamar a todas y cada una de las personas que tuvieron contactos telefónicos con Hidalgo y con el también imputado Enrique Pamiés, entonces y ahora jefe superior de la Policía del País Vasco. El teléfono usado por Camacho apareció en el sumario del chivatazo el pasado enero. Ruz, tras tener la confirmación oficial el 4 de febrero de que ese móvil era usado por el secretario de Estado, se apresuró a hacer público un auto en el que rechazaba citarle como testigo, decisión que ratificó el pasado 25 de febrero.

En ambas ocasiones, el juez descartó su interrogatorio porque, en su opinión, ese tráfico de llamadas, cuyo contenido se desconoce, era explicable por motivos profesionales. Ruz aseguró que el testimonio del número dos de Interior no era «determinante» para esclarecer quién dio el chivatazo a ETA.