Sociedad

Caminando entre obuses por la nieve

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El destacamento del Ejército paquistaní está a apenas un kilómetro del campo base de la expedición de Álex Txikon. Un pequeño paseo por la nieve que, sin embargo, no está exento de sorpresas. En una de sus primeras visitas a los militares, casi llegando al campamento, Álex notó que el terreno bajo la nieve se volvía irregular, como si caminase entre piedras. Cuando se lo hizo saber a su amigo Fahar, el capitán-médico, este le comentó con toda naturalidad que no eran piedras, sino obuses, que tuviese «un poco» de cuidado, «que podía andar sobre ellos, pero que no les diese patadas», explica el alpinista. «Cuando me lo dijo, me dio un vuelco el corazón, aunque me tranquilicé al ver que él caminaba con toda tranquilidad». «Por si acaso», continúa, «no he vuelto a ir por ahí».

Y es que las visitas recíprocas entre militares y alpinistas se han convertido en algo habitual. Sobre todo desde que Txikon y sus compañeros de expedición, el austriaco Gerfried Göschl y el canadiense Louis Rousseau, decidieron darles un curso básico de alpinismo al verles cómo se desenvolvían en el glaciar. «Nos quedamos alucinados la primera vez que les vimos marchar sobre el glaciar. ¡Iban en formación como si fuese un desfile!». Un suicidio colectivo si se encontraban una grieta: «Después de verles entendimos todas las historias que cuentan de destacamentos enteros desaparecidos». Así que no es extraño que «el otro día encontráramos un pierna en el glaciar. Se la dimos a ellos para ver si podían identificarla por la ropa», aclara Álex. Así son los glaciares: siempre devuelven todo lo que engullen.

Contra el glaciar

El caso es que les propusieron unas clases básicas de escalada, encordamiento y marcha sobre glaciares. «Cuando llegamos a su campamento no salíamos de nuestro asombro. Para el frío y en general para la supervivencia diaria están bien equipados, pero en el aspecto alpinístico. ¡Solo tenían 6 mosquetones, 6 arneses y 2 pares de crampones para 35 tíos! ¡Así cómo no van a caer como moscas en las grietas!», lamenta Txikon. «Les enseñamos a encordarse en el glaciar, para que al menos si uno cae en una grieta los demás no vayan detrás». Por eso la sentencia del alpinista vasco no ofrece dudas: «No se dan cuenta que aquí su guerra es contra el glaciar sobre el que viven, no contra otro Ejército».