El Tesoro cumple sin alegrías su examen ante los mercados

Las últimas emisiones de deuda soberana cosecharon resultados dispares, síntoma de que los inversores mayoristas aún no han aparcado sus dudas sobre la solvencia de España. El Tesoro Público adjudicó ayer 3.446 millones de euros en obligaciones a diez y treinta años y logró cubrir su objetivo de colocación, fijado entre 3.000 y 4.000 millones. Prueba superada, pero sin alegrías y con algunos reveses: el interés de los títulos a más largo plazo se disparó casi medio punto respecto de la última operación similar y la demanda total (5.326,42 millones) -aunque bastó para cumplir el expediente- fue menor que en anteriores subastas.

Según el Banco de España, el Tesoro adjudicó 2.468,55 millones en obligaciones a diez años (frente a una demanda de 3.799,76 millones) con un interés marginal del 5,22%. Esta tasa es inferior al 5,485% de la última subasta de este tipo, el 16 de diciembre de 2010, cuando estos bonos marcaron su mayor rentabilidad desde la entrada en vigor del euro. Coincidió con la puesta bajo revisión negativa del rating de la deuda española por la agencia de calificación crediticia Moody's.

El Estado, por el contrario, tendrá que pagar más dinero para compensar a los compradores de sus títulos más perdurables. El Tesoro consiguió colocar 997,66 millones en obligaciones a treinta años, con un interés marginal del 5,976%, casi medio punto superior al 5,498% de la emisión celebrada el 18 de noviembre. Un resultado que supera en unas centésimas el 5,94% que marcó el máximo del año 2010 -cuando los rumores sobre un rescate situaron a España en el centro de todas las miradas- y a las puertas del máximo del 5,98% alcanzado en 2001. La demanda fue de 1.526,66 millones de euros.

La víspera de la aprobación del plan del Gobierno para fortalecer el sistema financiero, España seguía bajo la lupa de los mercados y la prima de riesgo de la deuda soberana subió a 218 puntos básicos.