CÁDIZ

Una calderilla de 600 euros

La oficina del Santander donde fue hallada la cantidad lo ha localizado por los movimientos de la tarjeta El dueño del dinero, olvidado en un cajero, no se da prisas por recogerlo

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Al fin apareció el despistado cliente que se dejó olvidado el pasado domingo 600 euros en un cajero de la capital. Ni el llamamiento público que hizo la Policía Local, ni siquiera que la prensa local se hiciera eco de la noticia durante dos días seguidos sirvieron para que el dueño del dinero se animara a reclamarlo.

Pero ayer la oficina del Banco Santander donde fue hallado el dinero consiguió localizarlo a través de los movimientos de la tarjeta. No ha trascendido su identidad ni si ha llegado a recogerlo o no. Fuentes de la Policía Local aseguraron ayer que fue informado de que el montante había aparecido y de que podría pasar por la sucursal cuando quisiera. Asombrado por el aviso, el susodicho se comprometió a ir durante la tarde, pero no han podido verificar si finalmente lo ha hecho.

Ejemplo sin precedentes

Los 600 euros fueron encontrados al final de la mañana del pasado domingo por un vecino de Rota. Al parecer, el buen samaritano se acercó a la sucursal para sacar dinero y se encontró con la sorpresa de un fajo de billetes, todos ordenados y nuevos, dispuestos en la ranura.

No llegó a declarar si le asaltó la tentación de quedárselos. En cualquier caso, queda claro que más que la codicia le pudo la conciencia. Hoy por ti y mañana por mí, debió pensar el roteño, que tal como lo encontró se dirigió a la Jefatura de la Policía Local para entregarlo. Los agentes lo recogieron sorprendidos. No están los tiempos para buenas acciones y, sin embargo, se toparon con una excepción.

Fue a eso de las dos de la tarde cuando se entregó el dinero y poco después los agentes decidieron hacer un aviso público a los medios para que informaran del hallazgo y su dueño pudiera recuperarlo.

Nadie podía imaginar que un día después no hubiera noticias, ni siquiera que algún ciudadano malintencionado se atreviera a reclamarlo, a pesar de que la información circuló no sólo por los diarios impresos, sino por las ediciones digitales e incluso en las redes sociales. En la jefatura nadie se lo explica, por eso mismo decidieron llevarlo directamente a la sucursal para que ellos se hicieran cargo. Y desde allí se le siguió la pista al olvidadizo cliente, que dejó el importe y se llevó la tarjeta y el recibo.

Fue ayer cuando pudieron dar con él y se le informó de que podría pasar a recoger el depósito, pero al cierre de esta edición, los agentes no habían podido verificar si la cantidad fue finalmente retirada. Quizá no hubiera prisas o tal vez la sorpresa fuera tal que el dueño sigue sin salir de su asombro. Si no lo hizo ayer, con toda seguridad lo hará hoy, que no están las cosas para demorar los cobros.