Editorial

Obcecación etarra

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El traslado del abogado Txema Matanzas a la prisión de Puerto III, volviéndolo a alejar del País Vasco después de haberlo acercado desde el centro penitenciario de Huelva, ha sido la reacción del Ministerio del Interior al percatarse de que el condenado continúa obedeciendo a la banda. La estrategia diseñada por el equipo de Rubalcaba para corresponder a los presos de ETA que se distancian de su ejecutoria terrorista aplicando medidas paulatinas de reinserción constituye solo una parte de la política antiterrorista del Gobierno, cuyos efectos se atenúan cada vez que la banda o la izquierda 'abertzale' despiertan expectativas sobre una hipotética salida colectiva y próxima para sus reclusos sin que estos se vean obligados a hacerse notar para lograr la mejora de su situación penitenciaria. El comportamiento de Matanzas puede haber sido un ardid para engañar a Interior y, al mismo tiempo, puede reflejar la equívoca postura que acaba manteniendo la mayoría de los presos de ETA a medida que transcurren sus años de cárcel. Postura que en la actualidad se nutre de la irreal perspectiva de una negociación con el Estado que desembocaría en una amnistía inmediata.