El novillero Fran Gómez. :: L.V.
Sociedad

Fran Gómez se forja en festejos de exigencia y firma una excelente campaña

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Tras una provechosa etapa de aprendizaje en las Escuelas Taurinas de San Fernando, primero, y de Jerez, después, el gaditano Fran Gómez firmó un prometedor prólogo en este difícil oficio en su inicial condición de novillero sin caballos, en la que participó en numerosos festejos y en la que llegó a pisar plazas de primer orden en el panorama nacional. Cabe destacar, entre ellas, el éxito conseguido la tarde de su debut en la Maestranza sevillana en la que desorejó a un notable ejemplar de la ganadería de Guardiola. El 15 de agosto del pasado año debutó con picadores en la plaza de toros de El Puerto, festejo en el que obtuvo una valiosa oreja de un complicado encierro de Montes de Oca. Esta temporada volvió a comparecer por partida doble en el coso portuense, en la novillada de feria y en la que abría el ciclo estival. Y aunque dejara en ellas muy buenas sensaciones, el descastamiento del ganado en un caso y el fallo con los aceros en el otro, le impidieron certificar sus dignas actuaciones con el corte de apéndices.

A partir de entonces, de la mano de su apoderado el matador de toros Heredia Romero, Fran Gómez ha emprendido una exigente campaña, prolija en festejos, por diversos puntos de nuestra geografía. Se anunció en la localidad abulense de Gavilanes, donde obtuvo vuelta y dos orejas y rabo frente a reses de Valdeolivas. Marchó después al la plaza jienense de Pegalajar en la que cortó una oreja y dio otra vuelta al ruedo.

El 16 de agosto volvía a la provincia de Ávila, en la que tan positiva impresión ha dejado, para cortar cuatro apéndices en el coso de Piedralaves. El 21 actuaba en la plaza de Cogollos de Guadix, el 10 de septiembre lo hacía en Arganda del Rey, donde lidió ejemplares de Pereda y paseó un trofeo. En la jornada siguiente hacía el paseíllo en Peralta, localidad navarra muy cercana a Pamplona, donde saldó su actuación con ovación y vuelta y en la que cabe destacar las laudatorias crónicas dedicadas a Fran por la prensa del lugar. Completó la temporada con novilladas en Los Navalmorales (Toledo), Cadalso de los Vidrios (Madrid) y en los pueblos toledanos de Bargas y Noves.

Con este apretado currículum, Fran Gómez ha culminado un imprescindible capítulo para forjarse como torero. Ha visitado el antes conocido como 'Valle del terror', donde abundan los públicos exigentes y los enemigos cuajados, astifinos y, en muchas ocasiones, resabiados y difíciles, y ha saldado tan arduos compromisos con un victorioso cómputo de doce festejos toreados y nueve orejas y un rabo cortados. Y si la espada hubiera funcionado mejor el recuento de trofeos habría sido mucho mayor.

Que ponga a afilar su tizona para la próxima temporada porque los buenos aficionados que aún existen en Cádiz seguirán muy de cerca sus pasos. Aquel niño gaditano que soñó con ser matador de toros, ya ha puesto, al menos, los soportes técnicos para conseguirlo.