EL RAYO VERDE

NAVANTIA EN LA ENCRUCIJADA

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Alivio general por el encargo de Defensa a Navantia para construir los nuevos BAM en la Bahía de Cádiz, vía Industria y gracias a la gestión de la diputada Mamen Sánchez, que arrancó personalmente el compromiso al presidente Zapatero. El suspiro pudo oírse en toda la Bahía, pero en especial en la empresa, a la que quita la presión inmediata de la carga de trabajo en un momento muy complicado no sólo en los astilleros gaditanos, sino en el mercado mundial, tanto naval como de la industria armamentística, que está en niveles de 1996. La parlamentaria recibió más de un centenar de llamadas de felicitación a lo largo del miércoles, día en que se hizo pública la noticia, en vísperas de la huelga general, como mejor muestra del contento con que se recibían los contratos, cuando ya la preocupación en los diques se ponía al rojo vivo. Ahora continúan las gestiones con Estados Unidos para conseguir las reparaciones de la VI Flota, que traerían tranquilidad al astillero de Cádiz.

Sin embargo, el BAM no es suficiente para volver a un cierto horizonte de tranquilidad, como el que se vislumbró tras la última reconversión. Navantia necesita nuevos contratos. El congreso sobre patrulleros de estos días ha sido una jugada para atraer posibles clientes, un buen intento del que habrá que esperar resultados. El ideal, según la patronal, es conseguir una media de ocho barcos cada cinco años para garantizar cinco mil empleos en la Bahía. El presidente de Navantia, Aurelio Martínez, que vendrá el próximo miércoles, quizá pueda avanzar algo más de las previsiones.

Entre tanto, algo se mueve en las estrategias de futuro del sector. No hay que dejar de tener un ojo puesto en los movimientos para constituir un gran grupo europeo de Defensa. No parece que vaya a ser para mañana, por las dificultades obvias y las suspicacias políticas en la UE, pero los franceses quieren liderar la creación de este consorcio y han cruzado participaciones las empresas DCNS (que denunció a Navantia por copiarle un submarino) con Thales y Nexter, aunque los italianos Fincantieri/Finmecanica, que son muy fuertes, no están por la labor. En los responsables españoles hay recelos, porque se considera que la participación de nuestro país en el caso aeronáutico, EADS-CASA, y en la operación General Dynamic-Santa Bárbara, no se corresponde con la importancia que merece. Pero también parece que es difícil que a largo plazo se mantenga la participación pública al cien por cien. Ahí es donde está una de las claves. El asunto es crucial para las matrices, pero más aún para la multitud de pequeñas empresas, muchas altamente tecnologizadas, que surgen en nuestra provincia, donde el sector de la industria de Defensa tiene una importancia cada vez más destacada, aunque es de natural discreto.

No hay que perder de vista que el sector industrial gaditano ha mandado al paro a 5.200 trabajadores en dos años.