Cartas

Enseñanza pública

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Defiendo la enseñanza pública porque la considero motor del progreso y del desarrollo social. Sin embargo hay bastantes aspectos mejorables. Un botón: la selección del profesorado. Recientemente se han celebrado oposiciones para acceder al cuerpo de Profesorado de Educación Secundaria, y tras el proceso de selección pueden presentarse bastantes dudas: ¿Se puede ser número 1, la máxima nota en la oposición y no obtener plaza?¿Se premia desmesuradamente haber ocupado muchos años un puesto sin haber aprobado en tan dilatado espacio de tiempo? ¿Se incentiva un modelo de profesorado que representa pasividad frente a esfuerzo, fracaso ante calidad, mediocridad ante excelencia? ¿Se transmiten estas características en el trabajo y actuación diarias? ¿Los sindicatos y la administración educativa estimulan esta situación cediendo ante determinadas exigencias y presiones? Parece que no hay duda en responder afirmativamente a las interrogantes anteriores. Tras más de media vida en la profesión, yo no las tengo. Dos consideraciones finales: No estoy defendiendo la enseñanza privada. No debemos generalizar ni relacionar con la actividad política.