EL RAYO VERDE

EL PUENTE COMO SÍMBOLO

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Tenemos una noticia buena y una mala. La buena es que las obras del segundo puente no se van a parar. Hablemos con propiedad. No se van a parar... del todo. Sólo un poco, digamos, aunque un poco puede ser mucho para esta ciudad que parece el paradigma de Murphy y sus diabólicas leyes: Si algo puede salir mal, saldrá mal.

Porque hay que saber leer los labios. Dicen también que aunque el puente es «prioritario» y «necesario», se va a ralentizar a causa de la crisis. Unos querrán ver la botella medio llena y otros medio vacía. Que el ritmo de construcción está bajo mínimos lo saben los trabajadores que se ven en el paro y sus familias, los ingenieros que trabajan en el proyecto y sus allegados. Lo dice el sentido común. La resistencia oficial a dar plazos, con la necesaria cautela porque el plan de recortes de Fomento no está cerrado, hace temer que no celebraremos el Bicentenario con el corte de la cinta inaugural. La fecha de 2014 no parece un disparate. Lo veremos. Por tanto, más allá del equívoco semántico acerca de «parar» o «retrasar», incluso el maligno «reprogramar», los políticos deben asumir que es mejor «una colorá que ciento amarilla». O que «nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio».

Parar el puente con el 65% ejecutado sería levantar un monumento al fracaso y la incapacidad, dejar a la vista de todos los votantes de la Bahía y más allá un cartel de reproche permanente. La actuación de los responsables políticos gaditanos ha sido, en este contexto, forzar la máquina para obtener un compromiso que lo impida e intentar salvar los muebles, en lo posible. Está claro que el puente de La Pepa ha alcanzado un alto valor simbólico, aunque su urgencia se diluya desde que entró en funcionamiento el tercer carril, y su frustración corresponderá con este sentimiento.

Al parecer, el ministro José Blanco, que el jueves estuvo en la provincia para inaugurar el helipuerto de Algeciras, se ha encontrado con un cierto guirigay en los papeles que heredó de Magdalena Alvarez, sobre todo en cuanto a las condiciones de las contrataciones de diversas obras. Esto puede influir en la concreción del recorte anunciado, pero también en las expectativas de las grandes empresas constructoras, que suelen pedir la revisión al alza de sus encargos y "reprograman" ellos también sus flujos de trabajo, habida cuenta, por otra parte, de que la Administración paga tarde y mal.

El asunto es que a Blanco debieron darle el viaje en el helicóptero Algeciras-Ceuta-Algeciras, la comida y hasta la cerveza intermedia, para hacerle ver las necesidades de la provincia. No solo en infraestructuras, que es su área de trabajo. En vistas de la previsible ascensión del ministro a más altas responsabilidades de Gobierno y de su peso orgánico en el PSOE, los políticos gaditanos le hicieron la carta a los Reyes Magos: que facilite Las Aletas, la contratación de los BAC para Navantia, soluciones para la industria o el empleo. Hasta le hablaron de las municipales de Jerez y la posibilidad de cambiar la candidatura de Pilar Sánchez, en vistas de lo mal que sale en las encuestas. 'Pepiño' escuchó, analizará, y ya veremos.