Una de las primeras 'levantás' despertó la expectación de los grandes chef de la cocina española. :: ÓSCAR CHAMORRO
Ciudadanos

Las almadrabas ponen fin a la campaña de menos capturas de las dos últimas décadas

Los cuatro caladeros de atún rojo no llegan a las 900 toneladas y abogan por replantear la política de pesca de esta especie

BARBATE Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Las cuatro almadrabas gaditanas no dan para más. A falta tan sólo «de cinco o seis toneladas por pescar» según sus responsables, los caladeros gaditanos que extraen atún rojo en Conil, Tarifa, Barbate y Zahara están a punto de dar por finalizada su temporada tras alcanzar el máximo de capturas posible.

El sector lamenta que este año sus resultados sean los más pobres, si se analiza el histórico de capturas, de los últimos veinte años. Así, desde el pasado mes de mayo en sus redes han caído aproximadamente 900 toneladas de túnidos, mientras hace unos lustros se llegaban a alcanzar las 3.800 en una misma temporada.

A las 680 toneladas asignadas como cuota inicial al sector por la Comisión Internacional de Conservación del Atún Atlántico, se pudieron sumar pocas semanas después las 90 toneladas del Fondo Maniobra cedido por el Ministerio de Medio Ambiente a esta pesquería artesanal gaditana.

De igual manera, y tal y como reconocía ayer el gerente de la Organización de Productores Pesqueros de Almadraba, Diego Crespo, la posibilidad de comprar cupos de pesca de atún rojo a otras flotas españolas, ha permitido a los cuatro caladeros hacerse con otras 130 toneladas más.

Ello se ha hecho «contactando barco por barco, armador por armador, y adquiriendo pequeñas cantidades cada vez». Han sido casi 30 operaciones de compra, que finalmente han permitido acercarse al umbral de rentabilidad a las empresas que explotan las almadrabas de la zona.

Sin embargo, y con una temporada más corta de lo habitual por culpa «del cupo tan escaso de capturas que hemos tenido este año», el sector mantiene su preocupación.

Salvada la amenaza que suponía una posible prohibición del comercio de la especie a nivel internacional, que finalmente se rechazó en la convención Cites de hace apenas dos meses, en breve la flota compuesta por más de 400 pescadores que viven de manera directa de la pesca del atún rojo en la provincia, volverán a vivir una nueva agonía.

Todo indica que por segundo año consecutivo Iccat propondrá una nueva reudcción de las capturas de atún rojo para preservar la especie, que según los colectivos ecologistas está en peligro.

Sin embargo, todavía hay esperanza para las almadrabas, que podrían sobrevivir como arte milenario vinculado a una cultura y una determinada forma de pesca no agresiva.

Colaboración científica

Esta circuntancia pasa por estrechar la colaboración científica con el Instituto Español de Oceanografía. Las almadrabas pueden arrojar una información importantísima sobre el estado de las comunidades de atún rojo, su conservación, migración y ciclo reproductivo.

Ese trabajo ya ha comenzado, y las administraciones con competencias parecen decididas a mantener su apuesta por las flotas de pesca tradicional, donde precisamente se integran las almadrabas gaditanas.