Nadal ha reconquistado el número dos y ahora busca el trono de Federer. :: AFP
Deportes/Mas-Deportes

Vuelve el duelo en OK Corral

El número uno y dos del mundo pugnan por conquistar un título por el que también lucharon en 2009 Nadal y Federer se miden hoy por la corona del torneo de Madrid

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Andan los insurgentes con los sables mirando al cielo. Los jóvenes que llevan años haciéndose lavados de cerebro para creer en sí mismos comienzan a recoger sus frutos, frutos que se han visto en este torneo: Gulbis casi pasa a cuchillo a Federer y este sábado Almagro le levantó la barbilla a Rafa y amenazó con mandarle a la guillotina con un set en el que el murciano puso sobre el tapete todo el potencial que se le supone: saques a 220 por hora, una derecha furibunda y un revés de pimpón. Una apisonadora que nada fallaba ni nada erraba.

Desde que se ha echado novia (la bella Cristina) la cabeza de Almagro se ha asentado, su confianza ha crecido y es capaz de creer en todo lo que hace, lo que le supone un plus de tenis en su juego.

Lo que pasa es que enfrente está Nadal. A cualquier otro Almagro le habría pasado por encima, pero Rafa va punto a punto, nada le inmuta, nada le hace ceder y siempre piensa que todo es posible levantarlo. Y si hay que levantar un rascacielos entero, se levanta, que para eso es Nadal. Esa confianza que él tiene y que a los demás le falla, es lo que le dio el triunfo. Eso, más un ligero cambio de estrategia que frente a Nico es vital. Todo el mundo sabe que jugarle a Almagro estando parado es pegarse un tiro en el pie. Así que, lejos de eso, en el segundo set Rafa subió su nivel para hacer el parabrisas. En el 2-1 con 15-40 para Almagro se produjo el punto de inflexión. Rafa sacó la casta y luego un 'ace' le salvó el servicio. Nico dudó y ahí el balear le metió el puñal por debajo del brazo.

Ya el murciano fue para abajo sin remedio, y Rafa se creció, apagando las llamas de un rival que había amenazado con quemarle entero (4-6, 6-2 y 6-2). Al final del choque, Nadal resumía lo difícil que había sido su triunfo: «Me ha dado más que un susto. Las características de la pista favorecen su tenis y él ha jugado un torneo excelente. Al final he podido levantar la bola e incomodarle más».

Almagro apareció contento por lo realizado: «He jugado como debía, pero él ha reaccionado y ha acabado jugando a un altísimo nivel».

Federer, al límite

La otra semifinal fue emotiva, y muy brillante. Se va creando un murmullo alrededor de Ferrer: que si sólo corre y corre, pero lo cierto es que es más que eso: tiene mucha calidad y lo pelea todo, una cabeza de hierro que no se amilana ante nada, ni ante Federer, que es la palabra mayor.

Al suizo Roger Federer le costó un horror doblegar al jugador alicantino. Incluso cedió un set y estuvo a punto de perder la cabeza cuando, con 2-1 a favor, David tuvo bola de 'break'. Pero en esas ocasiones el servicio siempre acude en socorro de Roger, que para eso lo tiene.

El suizo tiene tantos recursos que hay que tener armas ocultas, y sacarlas una tras otra, para acabar con su arsenal. Ferrer tiró de todo, pero no le bastó. Siempre le costaba mantener su saque mientras que Roger lanzaba dos bombas y una derecha y se iba al banquillo a secarse el sudor que no sudó. Al final, quebró a Ferrer y ganó el partido: 7-5, 3-6 y 6-3. Le espera Rafa...