Alonso, durante los entrenamientos libres celebrados ayer. :: EFE
Deportes/Motor

Alonso manda en el tapón

Los 24 coches confieren un tráfico sin precedentes al circuito más reconocible de la Fórmula Uno

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La prensa de Mónaco entiende de sobra el civismo que impera en la nación madre, Francia. Un país contrario a la trampa, a cualquier atisbo de pillaje o corrupción. Lo que en las naciones latinas se justifica o se acepta como parte del paisaje, en Francia, en Mónaco no se tolera bajo ninguna excusa. Nada más llegar al Principado en su polémica vuelta a los ruedos, los medios monegascos han pedido a Michael Schumacher que pida disculpas por su acción antideportiva en 2006, cuando aparcó el coche en La Rascasse para intentar taponar a Alonso, que buscaba la 'pole'.

Atascos, Alonso, Schumacher y Mónaco. El tiempo parece detenido en este paraíso de millonarios y sibaritas, el gran premio que ha acudido a todas las citas de la Fórmula Uno, año tras año, inoxidable.

«¿Hay alguna razón por la que no haya pedido perdón?», le llovió la pregunta al alemán en el primer envite. «Hay que mirar hacia delante», salió el alemán con el piloto automático. El centro de gravedad del fin de semana ha comenzado en Schumacher, que ahora luce sonrisa después de que adaptaran el Mercedes a su estilo de conducción. Una inclinación de la balanza que, en teoría, debería penalizar a Rosberg, el paladín de la escudería germana hasta la llegada a Europa. Teóricamente, los equipos no evolucionan dos coches a la vez, sino solo uno al que se adaptan los pilotos y configuran cada fin de semana según las características del trazado.

En Mónaco ha comenzado mandado Fernando Alonso, que suspiraba por ser él la sorpresa con permiso de los Red Bull. El asturiano fue el más rápido en las dos sesiones, la única carrera que celebra sus primeros entrenamientos libres un jueves. Hoy toca descanso en la pista.

Alonso marcó tiempos por encima de la catástrofe de tráfico que se anticipaba y que este jueves no dejó grandes dramas sobre el estrecho asfalto monegasco. Los nuevos equipos (Lotus, Virgin e Hispania) han confeccionado una parrilla exagerada este año para un trazado tan angosto como el del Principado. Veinticuatro monoplazas en lista de espera para hacer la 'pole' son demasiados con vistas a mañana.

Por ese motivo, las escuderías y los pilotos plantearon la posibilidad de que el primer tramo de la formación de la parrilla (la Q1) se dividiese en dos partes, entre los lentos y los rápidos. La idea se desechó ante una virtual desnaturalización de la eliminatoria.

Todos los equipos sueñan con los puntos históricos de Mónaco, la subida del Casino, la revuelta de Mirabeau, la curva de Santa Devota, la magnífica panorámica del puerto y los yates a la salida del túnel más famoso del mundo. Ecclestone lleva tiempo empeñado en trasladar la Fórmula 1 de los trazados tradicionales a las ciudades-circuito. Las últimas incorporaciones (Valencia, Singapur...) y el plan de viaje del futuro (Nueva York, el rumor de París o Roma) pasan por emular a este viejo y carismático lugar del planeta donde sus habitantes de la clase trabajadora emigran durante el fin de semana para evitar el colapso total y los multimillonarios que viven en sus almenas buscan un pase de paddock para codearse con los pilotos de la F-1 y las estrellas del celuloide, que nunca faltan a su cita con el puerto de la Costa Azul.