Crecimiento a prueba

El dato del crecimiento de un 0,1% de la economía española en el primer trimestre del año quedó ayer deslucido por el descenso acumulado de un 13,6% en el Ibex a lo largo de una semana negra. Por esperanzadora que sea la noticia de que la recesión se ha quedado atrás, la situación no permite alentar el optimismo del que hacen gala las intervenciones públicas de los responsables del Gobierno. Ni las reticencias mostradas en el mercado de capitales ante la coyuntura española son, todas ellas, consecuencia de un complot especulativo perverso, ni el retraimiento inversor y de generación de empleo en España puede ser superado por la exigua expectativa que representa una décima de crecimiento. Sería conveniente que el dato adelantado por el Banco de España se interpretara con rigor y cautela. No sólo porque los avatares de la economía internacional podrían deparar un segundo trimestre más aciago. También porque la inalterable apuesta del Gobierno por subir en dos puntos el tipo general del IVA a partir del 1 de julio amenaza con lastrar la más que deseable reactivación de nuestra economía.