CÁDIZ

El salón del alboroto

Trabajadoras de Limasa y la plataforma de parados impidieron en varias ocasiones las intervenciones de los concejales

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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El salón de plenos se convirtió en punto de encuentro de las protestas de diversas plataformas de la ciudad aunadas en una misma causa, trabajo para unos y cobros para otros. Miembros de la plataforma de parados y trabajadoras de la empresa Limasa interrumpieron una y otra vez las intervenciones de los concejales por lo que la alcaldesa, Teófila Martínez, tuvo que pedir silencio en reiteradas ocasiones.

Martínez echó un pulso que finalmente ganó al negarse a desalojar el salón del pleno por mucho que gritase el público asistente, «a ver quién aguanta más», retó. De hecho, las trabajadoras de Limasa le tomaron la palabra y transcurridos tres cuartos de horas interviniendo desde el aforo con gritos e interrumpiendo a los diversos concejales, decidieron abandonar el pleno. Transcurridos cinco minutos volvieron a entrar, armando todo el ruido posible y preguntando a la alcaldesa quién iba a aguantar más. Finalmente ellas abandonaron y el pleno prosiguió.

Sin embargo, a pesar de su ausencia no llegó la tranquilidad. Representantes de la plataforma de parados que en un principio estaban sentados en silencio, se levantaron con pancartas uniéndose así al grito de «Teo, Teo, Teo dónde está el empleo».

Fueron ellos quienes estuvieron la mayor parte del pleno, alrededor de tres de las cinco horas que duró, de pie, increpando al Partido Popular y mostrando su apoyo hacia IU y PSOE.

Uno de los momentos de más tensión vividos fue durante las intervenciones en el punto que versaba sobre el proyecto del reglamento del consejo municipal para la inclusión social de Cádiz.

En posesión de la palabra, José Blas Fernández, se dirigió de forma indirecta a los trabajadores de la empresa Limasa diciendo que los trabajadores de las empresas municipales habían cobrado y que no había relación alguna de Limasa con el Ayuntamiento. Estas declaraciones hicieron que las trabajadoras, que denunciaban llevar dos meses sin cobrar, alzaran la voz ya que además de colegios, se encargan de la limpieza de dependencias municipales.

A pesar de la negativa de la alcaldesa a dar orden a los policías para que desalojarán la sala, José Blas Fernández manifestó su enfado y se negó a seguir con sus intervenciones dado que le estaban «coaccionando» y «coartando la libertad de expresión».

No se suspendió el pleno pero en un breve periodo de tiempo se aprobaron cinco puntos, todos a propuesta del PP, que contaron con los votos en contra de la oposición en la gran mayoría.

En estos puntos, en los que apenas se escucharon las intervenciones, se aprobaron la reclamación al presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) una postura más firme para la resolución de los problemas de financiación de los ayuntamientos y reiterar a la Consejería de Obras Públicas de reanude de manera inmediata las ayudas públicas que tramita la Oficina de Rehabilitación del Casco Histórico de Cádiz, entre otros.

Finalmente, y en el apartado de urgencias, se aprobó por unanimidad una propuesta de IU en la que se pedía la elaboración de un nuevo plan municipal de empleo y la instancia a la Junta de que las medidas que adopte en este campo, presten especial interés a Cádiz por ser ésta la provincia con mayor tasa de desempleo .