La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, en una imagen de archivo. :: AFP
ESPAÑA

El PSOE baraja que Trinidad Jiménez se enfrente a Esperanza Aguirre

El líder de los socialistas de la comunidad arremete contra José Blanco y abre una brecha en el partido

MADRID. Actualizado: Guardar
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El convulso Partido Socialista de Madrid ha vuelto por sus fueros después de unos años de sosiego. El motivo es la candidatura en la Comunidad de Madrid para las elecciones del próximo año. Un amplio sector de la dirección federal del PSOE, con José Blanco al frente, considera que la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, es la mejor baza para competir con Esperanza Aguirre. No piensa lo mismo el líder del PSM, Tomás Gómez, que quiere ser el candidato y arremetió sin matices contra el vicesecretario general del partido, en el que ve al impulsor en la sombra de una campaña en su contra.

Cómo estarán las cosas entre los socialistas madrileños que José Luis Rodríguez Zapatero tuvo que hacer un hueco en su cruzada europea en defensa de la economía española para transmitir a Blanco y Gómez la conveniencia de bajar el tono de la confrontación. La crisis estaba larvada desde hace meses y se veía venir. La discusión entre los socialistas por la candidatura para la Comunidad de Madrid había dejado de ser un asunto doméstico del PSM para ser un motivo de discusión al más alto nivel en el PSOE.

Además, la decisión de Zapatero de aplazar todos los asuntos electorales hasta después de la Presidencia de la Unión Europea contribuyó a pudrir la situación y a enconar las posturas.

El aspirante natural era Tomás Gómez, que con esa idea en la cabeza tomó las riendas de los socialistas madrileños hace tres años. Pero el transcurrir del tiempo hizo ver a algunos integrantes de la dirección federal del PSOE que su liderazgo no cuajaba entre los ciudadanos. La última encuesta publicada constataba que sólo era conocido por el 40% de los madrileños y que encima su valoración estaba lejos de la de Esperanza Aguirre, un magro bagaje para medirse con una apisonadora política como es la presidenta de la Comunidad de Madrid.

Recambio

La idea del recambio cogió cuerpo poco a poco entre los dirigentes del PSOE. Salieron muchos nombres a la palestra, algunos sin el menor fundamento, y el enfado de Gómez y los suyos iba en aumento. Se mencionó a los ministros de Educación, Ángel Gabilondo, y de Vivienda, Beatriz Corredor, y hasta el de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, pero por uno u otro motivos todos fueron descartados.

Hasta que alguien puso sobre la mesa el de la titular de Sanidad, Trinidad Jiménez, de la que es un firme valedor el vicesecretario general del PSOE, según fuentes de la ejecutiva federal. Ella no ha dicho que sí ni que no, pero se ha declarado a disposición del partido. Tiene en su favor una buena valoración entre los ciudadanos y un alto grado de conocimiento en la Comunidad de Madrid, no en vano fue candidata a la alcaldía en 2003.

El líder del PSM intentó hace unos meses forzar la designación inmediata del candidato, pero se topó con la negativa rotunda de Zapatero. Gómez lanzó entonces un envite fuerte y anunció que habría elecciones primarias para designar el cabeza de cartel socialista para las autonómicas de mayo próximo. No juega descalzo pues cuenta con un amplio respaldo interno que algunas fuentes cifran en el 80% de la militancia, y tiene también valedores en la comisión ejecutiva federal, como la secretaria de Organización, Leire Pajín.

Sus partidarios defienden la tesis de contar con un candidato dispuesto a bregarse cuatro años en la oposición si pierde ante Aguirre para cuajar un proyecto alternativo. Sus detractores consideran que es un aspirante perdedor y que la única fórmula para romper la mayoría absoluta de la líder del PP de Madrid es la ministra de Sanidad.

Órdago

Así estaban las cosas hasta que el lunes, Gómez lanzó un órdago ante la ejecutiva regional y cargó contra Blanco, al que acusó de injerencia en los asuntos del PSM. Unas palabras que venían a colación del frío trato que recibió del vicesecretario general del PSOE en un mitin que compartieron en la localidad madrileña de Fuenlabrada el 25 de abril. Su relación fue gélida, al decir de varios de los asistentes. La portavoz parlamentaria de los socialistas madrileños, Maru Menéndez, confirmó ayer que no hubo «calor ni apoyo» de Blanco a Gómez ni al PSM en aquel acto político.

El vicesecretario general del PSOE guarda silencio, de momento. Pero fuentes de la ejecutiva federal creen que el líder del PSM «se ha pegado un tiro en el pie» con sus palabras. También desde las filas socialistas de Madrid se consideró una imprudencia el proceder de Gómez y el alcalde de Collado-Villalba, José Pablo González, exigió una rectificación, posición a la que adhirieron varios gobernantes municipales socialistas de Madrid.

La dirección del PSOE, sin embargo, trata de que la cosa no vaya a mayores y el portavoz en el Congreso, José Antonio Alonso, tildó de «anecdótica» la polémica suscitada. «Son cosas que pasan», comentó en un intento de apagar un fuego que amenaza con ir a más.