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Detenido tras amenazar con un cuchillo a un policía en la Comisaría

Los agentes desconocen el motivo que empujó al arrestado, conocido por su historial, a protagonizar el incidente en la madrugada del sábado

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Una madrugada tranquila. Eso al menos pensaba el agente encargado de atender la centralita de la Jefatura de la Policía Local en la jornada del pasado sábado, hasta que entró un individuo con un cuchillo en la mano.

Sin tiempo a que el guardia reaccionara, J. J. A, de 38 años de edad, comenzó a amenazarlo de muerte empuñando el arma blanca «bastante nervioso». Todo lo contrario que el Policía Local, que supo controlar la situación desde un primer momento. Manteniendo una distancia prudencial intentó calmar al sujeto distrayéndole el tiempo suficiente como para pedir ayuda por radio a una patrulla que se encontraba realizando labores de vigilancia por la calle.

El momento de tensión se prolongó durante varios minutos sin que el individuo bajara el cuchillo, con una hoja de 12 centímetros de largo, ni dejara de insultar y amenazar al agente, que intentó que el hombre explicara los motivos de su exaltación sin lograrlo. De hecho, la Policía continúa sin conocer las razones por la que J. J. A. se internó en la Comisaría con el arma y con la determinación de agredir a los miembros de la plantilla.

Afortunadamente, tan sólo se quedó en las intenciones ya que el guardia tuvo la habilidad de templar el ánimo de su agresor y retenerlo sin el uso de la fuerza hasta que llegaron sus compañeros, los cuales pudieron reducirlo de forma pacífica y quitarle el cuchillo.

Aunque es la primera vez que realiza una acción de tal violencia, lo cierto es que el sujeto que portaba el arma es un conocido de las Fuerzas de Seguridad de la ciudad al contar con un amplio informe de antecedentes por diferentes causas, que van desde el tráfico de estupefacientes hasta el robo con intimidación.

Todo ello ocurrió a las cuatro de la madrugada y terminó con la detención de esta persona, que fue trasladada a la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía donde quedó a disposición de la autoridad judicial.

«Algo inusual»

El ataque repentino llamó la atención de los agentes no sólo por la furia con la que el hombre actuó sino por lo inusual de las circunstancias, al atreverse a entrar en la Jefatura de la Policía Local con un arma blanca en señal de amenaza. Sobre todo porque San Fernando suele ser una ciudad muy tranquila, en la que los sucesos de violencia están en un segundo plano.

Aún así y a pesar de la sorpresa, los policías supieron hacer frente a la situación, especialmente el encargado de la central de teléfonos, en un momento de gran incertidumbre y de presión al desconocer las verdaderas intenciones del individuo. Todo quedó en un susto y anécdota que contar a los compañeros.