Jaroslaw Kaczynski, gemelo del malogrado presidente, se arrodilla ante el féretro con los restos de su hermano en el aeropuerto de Varsovia. :: EFE
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Polonia enmudece por Kaczynski

Los restos del presidente recorren las abarrotadas calles de Varsovia entre sentimientos de dolor y emoción

VARSOVIA. Actualizado: Guardar
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Los restos mortales del presidente polaco, Lech Kaczynski, llegaron al aeropuerto militar de Varsovia sobre las tres de la tarde de ayer, después de haber recibido un homenaje en el aeródromo Séverni de Smolensk presidido por el primer ministro ruso, Vladínir Putin. El cuerpo de la esposa del malogrado jefe del Estado, Maria Kaczynska, no pudo ser repatriado porque todavía no ha sido identificado, según anunció el portavoz de la presidencia, Tomasz Brzezinski.

El aeropuerto de Varsovia fue escenario de la ceremonia oficial, en presencia de la familia y de las más altas autoridades políticas, militares y religiosas. El primer ministro, Donald Tusk; el presidente del Parlamento y jefe de Estado en funciones, Bronislaw Komorowski, y el líder de la Eurocámara, Jerzy Buzek, acompañaban al féretro. Una orquesta militar interpretó el himno nacional, cuyo primera estrofa empieza con «No, Polonia todavía no está muerta». Todo un símbolo. Los honores militares rendidos al mandatario y la ceremonia religiosa conmovieron a los asistentes.

Los miembros de la familia primero, su hija Marta y su hermano gemelo, Jaroslaw, se inclinaron ante el féretro. Después, los demás allegados. La madre de los hermanos Kaczynski, Jadwiga, no pudo asistir a la ceremonia porque se encuentra ingresada en un hospital debido a su delicado estado de salud y todavía no conoce la noticia de la muerte de su hijo.

A los sones de Chopin

Tras el recibimiento, el cortejo se dirigió al son de la marcha fúnebre de Federico Chopin al palacio presidencial, en el centro histórico de Varsovia, donde decenas de miles de personas se habían concentrado en sus alrededores. Las avenidas y calles de la capital por donde pasó la comitiva fueron un hervidero de gente con multitud de banderas nacionales ondeando al viento. El féretro del malogrado dirigente conservador llegó al palacio presidencial a las 17.00 horas. El portavoz gubernamental, Pawel Grass, informó poco después que la intención del Ejecutivo es que los restos mortales permanezcan allí hasta el momento del sepelio para que sus conciudadanos puedan despedirse de él.

Polonia sigue conmocionada por la catástrofe aérea que segó el sábado la vida de buena parte de su cúpula institucional. Las autoridades han puesto en marcha todos los mecanismos para evitar el caos político y Komorowski ha asumido las riendas de la jefatura del Estado hasta que se celebren elecciones anticipadas. El presidente en funciones anunció que iniciará una ronda de conversaciones con los partidos para fijar la convocatoria de comicios, en principio, dentro de quince días.

Los polacos están de luto y se las apañan como pueden para hacer frente a esta tragedia nacional. Muchos, rezando y llorando, en misas, plazas y calles de Varsovia y otras ciudades cubiertas por miles de ramos y coronas de flores rojas y blancas (los colores de la enseña nacional) y velas encendidas. A las 12 del mediodía el país entero se paralizó para guardar dos minutos de silencio. Los coches y los peatones se pararon. En la capital se oyeron durante los 120 segundos las sirenas de la Policía y de los bomberos junto al tañido de las campanas de las iglesias.

Lágrimas ante las cámaras

Con motivo del luto, fueron cerrados los centros comerciales y se suspendieron los actos culturales y deportivos. Los templos religiosos se llenaron de ciudadanos durante todo el día. Las banderas ondean a media asta en los edificios públicos, mientras que la radio emitió música clásica, la televisión difundió imágenes en blanco y negro de las víctimas de la catástrofe y los medios impresos sacaron varias ediciones especiales. Varios locutores no pudieron reprimir la emoción y lloraron en antena al leer la lista de los fallecidos en la tragedia de Smolensk.

Las expresiones de dolor recordaban los primeros momentos que se vivieron en el país centroeuropeo por la muerte del venerado Papa Juan Pablo II, el 2 de abril de hace cinco años. En Varsovia, sacerdotes y seglares organizaron grupos de oración y frente al palacio presidencial se pusieron a disposición del público seis libros de condolencias sobre las fotos del malogrado presidente y su esposa.

No se descarta el fallo técnico

El trágico final del presidente polaco, Lech Kaczynski, y de las 95 personas que viajaban con él está uniendo a rusos y polacos y haciendo que dejen de lado las desavenencias de los últimos años. El hecho de que la delegación polaca se dirigiera al bosque de Katyn, tumba de 22.000 oficiales polacos fusilados hace 70 años por orden de Stalin, no ha hecho sino aumentar la consternación en Rusia e incluso el sentimiento de culpa El primer ministro ruso, Vladímir Putin, se ha desvivido en la últimas horas, cubriendo varias veces la distancia entre Moscú y Smolensk, cerca de cuyo aeropuerto se estrelló el avión, y disponiéndolo todo para dar acogida a los familiares de las víctimas.