CÁDIZ

UN CAFÉ DE CÁDIZ EN 1810

PROFESOR DE LA UCA Actualizado: Guardar
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Este sainete del dramaturgo gaditano Juan Ignacio González del Castillo nos presenta la recreación del ambiente de un café gaditano de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, como uno de los lugares más representativos de la nueva sociedad que surge al calor de la Ilustración y sus nuevos hábitos de conducta social. El café se convierte en sinónimo de las modernas sociabilidades, a caballo entre lo público y lo privado, y enfrentado a los espacios de la majeza, entre los que se encuentra la taberna. Una oposición que va a funcionar a lo largo de toda la pieza dramática. Es por tanto, uno de los espacios de los petimetres, los currutacos y los abates, como portadores de las modas que sirven de referencias a las conductas masculinas del Siglo de las Luces. Lugar, pues, para la reunión, pero fundamentalmente para la conversación y el debate en torno a la «cosa pública», de ahí la lectura de periódicos como formato de las «novedades». Dividido en dos partes, de fuerte carácter satírico y cómico, también nos sirve para apreciar la riqueza de una vida pública en torno a 1812 en la que se enfrentaban dos mundos y dos concepciones de la vida bien dispares: la burguesa y la popular, pero que sin embargo animaban la emergente opinión pública, que tanto protagonismo tendrá en el Cádiz de las Cortes. Su final cómico guarda alguna que otra reminiscencia con el mundo del carnaval: «Señores, ¿qué bulla es ésta?»