Lola Toledo fue la primera mujer bombero del Parque de Cádiz. :: MIGUEL GÓMEZ
Ciudadanos

Una buena sacudida a los estereotipos

Cada vez es más habitual encontrar a mujeres en puestos tradicionalmente de hombresEn consejos de dirección, metidas en una tarea de rescate o detrás del volante de un taxi; ya no hay trabajo imposible para ellas

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Cuando le comentan que las mujeres tienen un mayor respaldo de las administraciones, Paloma Peinado hace una pausa y sonríe. Con 33 años se sienta en la mesa de dirección de Airbus Puerto Real, que tradicionalmente han ocupado señores de traje y corbata. El camino no ha sido fácil y le tocó trabajar duro desde que comenzó sus estudios de Ingeniero Técnico Industrial en Sevilla hasta que aterrizó en Cádiz.

Forma parte del reducido 20% de mujeres que ocupan cargos de responsabilidad en empresas gaditanas. Dos de cada diez, según las estimaciones de los sindicatos. «He tenido mucha suerte», insiste antes de hacer repaso a su trayectoria. Pero esa suerte tiene que venir acompañada de un esfuerzo extra para destacar entre los demás. A Paloma, que coordina los programas de inversiones y ahorro en la planta de Puerto Real, no le asustan las responsabilidades y tuvo que asumirlas cuando llegó a Airbus, una empresa centenaria que había sido gobernada por hombres, tanto en la directiva como en la producción. Introducir ahí un nombre femenino cuesta mucho, pero se van retirando los obstáculos de la pista.

Cuenta que desde que llegó se han hecho más contrataciones a mujeres, eso incluso ya ha motivado algún que otro comentario de sus compañeros: «¿Un departamento sin ningún hombre? ¿Eso cómo va a ser?». Y Paloma responde tajante: «¿Y por qué no? Hay muchas oficinas sin ninguna chica en esta empresa y nadie se cuestiona nada».

Mirar adelante haciendo un buen trabajo y no ceder un milímetro. «Estamos cogiendo puestos de responsabilidad y hay que afianzarse», en ese objetivo ve el camino a seguir para todas las que aspiran a ocupar un lugar en los consejos de dirección.

Difícil también lo tuvo Lola Toledo, la primera mujer bombero del Parque de Cádiz. Entró como voluntaria en 1993 y seis años después ya tenía plaza fija en la empresa. ¿Nunca le han cuestionado la fuerza? Lola arruga la frente y responde: «La fuerza se gana en el gimnasio, con esfuerzo se puede llegar al mismo nivel que ellos y la prueba está en que fui la sexta de mi promoción entre más de cien opositores».

Evidentemente no es lo que más le preocupa. Siempre ha afrontado el trabajo con entereza. «Si le dedicas demasiado tiempo a la parte emocional no prestas un buen servicio. En nuestro caso, la rapidez y la coordinación son fundamentales», aconseja.

Dice que nunca se ha sentido discriminada por ninguno de sus compañeros. Ahora sólo dos mujeres forman parte de una plantilla de doce. La diferencia es considerable. Pero la bombero Toledo no se achanca: «A la hora de acudir a un rescate, la víctima no se fija en si eres hombre o mujer, sólo espera una ayuda». De la profesión se queda con las satisfacciones, cuando consigue salvar una vida. Las tragedias duelen, pero hay que mirar adelante y centrarse en el próximo trabajo.