Keith Alexander, dirigiendo a su equipo en enero. :: LA VOZ
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El último suspiro de un luchador

Keith Alexander, que también consiguió la titulación para ser árbitro, luchó desde los banquillos para acabar con el racismo en su país Duelo en Gran Bretaña por la muerte del primer técnico negro en el fútbol inglés

SAN SEBASTIÁN. Actualizado: Guardar
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El Maccesfield Town homenajeó ayer a Keith Alexander, su entrenador fallecido en la noche del martes. Su nombre no dice mucho para los aficionados del continente, pero la noticia de su muerte ha sumido en el luto a Inglaterra

Alexander, de 53 años, falleció horas después del partido de Liga contra el Notts County. Perdieron 1-0, pero telefoneó a su presidente desde casa y le dijo que estaba contento: «Le hemos dado la tarde a uno de los equipos que luchan por subir». Poco después dijo adiós, pero ya estaba en la historia por ser el primer entrenador negro que se hizo cargo de un equipo profesional de forma estable. Fue en la temporada 1993/94 cuando se puso al frente del Lincoln City.

Además de su pasión por el juego -destacada por todos estos días en las Islas-, Alexander era un activista de la lucha contra el racismo y fue mentor de innumerables aspirantes a entrenador, jugador o árbitro. Él mismo fue también el primer negro en conseguir la titulación necesaria para ser árbitro en Inglaterra.

Su batalla contra el racismo fue larga y la encaró con su propia filosofía: sabía que la victoria definitiva no era tarea para un solo hombre ni se podría realizar, lamentablemente, en una única generación. Pero defendía que la batalla para superar las actitudes racistas había que librarla desde dentro del sistema, fuera un equipo de fútbol, una empresa o cualquier otro ámbito, porque los cambios normalmente se producen desde las estructuras institucionales. Y para acometer la lucha, decía Alexander a su atenta audiencia negra, lo más importante es asegurarse de que uno tiene la mejor formación posible, para que a uno le puedan juzgar por su competencia y no por su color. De natural afable, podía ser muy duro con los jugadores y aspirantes a técnicos negros: «No hay excusas», le gustaba repetir.

Techo de cristal

Alexander era perfectamente consciente de que él mismo era objeto de la discriminación, de que sobre su cabeza había un techo de cristal, pero no por ello desistió en su lucha. Ni sus graves enfermedades le apartaron de ella. Pero, al mismo tiempo, nunca pudo dirigir a un equipo de primera división. Tras el Lincoln City vinieron el Ilkeston Town, Northwich Victoria, Lincoln City otra vez, Peterborough United y Macclesfield Town, su último banquillo, en la League Two, la cuarta división del fútbol inglés. Esas categorías, marginales en el resto del mundo, tienen un gran seguimiento en Inglaterra y gozan de unos nada despreciables niveles de asistencia a los estadios y presencia en las televisiones. Es un fútbol muy querido por los aficionados, que conocían y respetaban de verdad a Alexander.

Pese a su larga lucha por la igualdad, Alexander era al frente del Maccesfield Town uno de los dos entrenadores negros de los 92 clubes del fútbol profesional inglés. Ahora sólo queda uno, Paul Ince, 'manager' del Milton Keynes Dons, de tercera. Las cosas cambian, como esperaba Alexander, pero muy despacio, como sabía bien. En 1885 el portero del Darlington Arthur Wilson fue el primer futbolista negro de la Liga y el defensa del Nottingham Forest Viv Anderson, el primer internacional inglés negro en 1978.

Paul Ince, el relevo

Ince, el que fuera extraordinario centrocampista del Manchester United, es ahora su relevo. También lleva a sus espaldas el peso de la historia. Fue el primer jugador negro que capitaneó la selección inglesa y el primero que entrenó a un equipo de la Premier League, el Blackburn Rovers, en 2008.

También tiene algo en común con Alexander. El Maccesfield Town, el último equipo de éste, fue donde comenzó su carrera en los banquillos Paul Ince. Cuando lo cogió, era colista de la cuarta división. «He jugado en algunos de los mejores equipos del mundo, pero para empezar mi carrera de entrenador he tenido que hacerme cargo del Maccesfield, el equipo que ocupaba el puesto 92 entre los 92 equipos de la Liga», dijo.

El miércoles, la selección inglesa llevó brazaletes negros por Alexander. No lo será. Alexander ha cedido el testigo, pero la lucha continúa.