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Resurge la tensión entre Argentina y Reino Unido

Buenos Aires se atribuye el control de las aguas de las Malvinas por decreto para evitar que Londres explote el petróleo de las islas

BUENOS AIRES. Actualizado: Guardar
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Un nuevo foco de tensión surgió esta semana en las relaciones entre Argentina y Reino Unido, que en 1982 se enfrentaron en un choque bélico por la soberanía de las islas Malvinas. La nueva disputa surgió a raíz de la decisión británica de avalar el envío de una plataforma de exploración petrolífera a las aguas que circundan el archipiélago, para que sirva de apoyo logístico a empresas británicas que buscan petróleo y gas en aguas que Argentina reivindica como propias.

La presidenta argentina, Cristina Fernández, respondió el martes con un decreto en el que dispone que los buques que quieran transitar aguas entre puertos continentales argentinos y puertos de las islas -situadas a 1.800 kilómetros de Buenos Aires- «deberán solicitar autorización previa expedida por la autoridad nacional competente». La medida, que la cancillería británica parece dispuesta a ignorar, apunta a desalentar la actividad de empresas de hidrocarburos en la zona.

Asimismo, el canciller, Jorge Taiana, anunció que se reunirá el próximo miércoles con el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, para exponerle la preocupación del Gobierno argentino ante la decisión de Londres de avanzar en medidas unilaterales. Argentina plantea cada año infructuosamente ante el Comité de Descolonización de la ONU que Gran Bretaña cumpla la resolución que exhorta a las partes a negociar una solución pacífica para el conflicto de soberanía, absteniéndose de adoptar medidas unilaterales que compliquen la solución.

Buenos Aires y Londres chocaron en un conflicto bélico después de que la dictadura argentina (1976-1982) decidiera invadir el archipiélago para recuperarlo por la fuerza. El enfrentamiento se prolongó por más de dos meses y culminó con la rendición argentina. El saldo fue de casi 900 muertos, la mayoría soldados argentinos que perecieron en el hundimiento del buque General Belgrano. Tras la guerra, las relaciones bilaterales se interrumpieron hasta comienzos de los '90.

Entonces, el gobierno de Carlos Menem (1989-99) avanzó en una política de acercamiento con Londres y de seducción a los isleños. En ese contexto, se firmaron acuerdos de cooperación entre las partes para la explotación pesquera y petrolera en las islas. Pero cuando llegó Néstor Kirchner en 2003, el presidente, proveniente de una provincia que está a sólo 700 kilómetros de las Malvinas, desconoció los acuerdos, que solo contribuyeron a la venta de licencias de explotación para beneficio de los isleños.

Millones de barriles

En esa misma línea política, Fernández protestó a comienzos de este mes a la Embajada británica por la inminente llegada al Atlántico sur de la plataforma de explotación Ocean Guardian. La infraestructura permitirá a la empresa británica Desire Petroleum y a otras firmas de Reino Unido realizar exploraciones en busca de petróleo.

Según Desire, en el mar que rodea el archipiélago se esconden unos 3.000 millones de barriles de crudo. Si bien la explotación de los pozos es costosa y compleja en la zona, la evolución al alza del precio del petróleo podría permitir ahora realizar todas las labores necesarias para extraer el hidrocarburo, que no hará más que incrementar la tensión entre los dos países.