José Roberto Arruda.
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El arresto del gobernador de Brasilia salpica al favorito para relevar a Lula

Uno de los aliados del opositor José Serra, que lidera las encuestas en Brasil, fue grabado mientras recibía y pagaba sobornos

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Por primera vez en la historia democrática de Brasil, un gobernador en ejercicio ha sido arrestado por la Policía federal. La detención del dirigente de Brasilia, José Roberto Arruda, fue el desenlace más obvio para un escándalo de corrupción que estalló en noviembre, al difundirse varios vídeos que mostraban al funcionario cuando entregaba sobornos y también recibía dinero.

A raíz de las pruebas, Arruda, de 56 años, se vio empujado a renunciar en diciembre a su militancia en el conservador Partido Demócrata (DEM) en el que se destacaba como uno de los dirigentes más prominentes. Sin partido siguió gobernando hasta el pasado jueves en que fue detenido en cumplimiento de una orden del Tribunal Supremo que lo decidió por doce votos a favor y dos en contra. Los jueces negaron ayer una petición de 'habeas corpus' presentada por sus abogados por lo que Arruda continuará en prisión.

Según demostró con una serie de grabaciones uno de sus ex colaborador, el gobernador recibía pagos de empresas que acometían obras públicas en la moderna capital brasileña. Del total recibido -detalló su antiguo secretario- el 40% se lo quedaba Arruda, el 30% lo repartía entre otros políticos aliados y el resto se lo daba al vicegobernador, Paulo Octavio. La corte estudia ahora llevar a cabo una eventual intervención del Gobierno que, según el procurador general de la república, Roberto Gurgel, fue tomado por una «banda».

Parar la investigación

Con cámaras colocadas por la Policía federal en sus oficinas, el ya ex gobernador fue filmado también cuando intentaba sobornar a un periodista, Edmilson Edson dos Santos, para que no testificara en su contra. El dirigente y otro funcionario ofrecieron al profesional el equivalente a 500.000 dólares (364.000 euros) para dificultar su investigación sobre la red de corrupción y le dieron 73.000 euros como «adelanto».

Pese a las reveladoras imágenes, el gobernador se mantuvo en el cargo. Cuando la cúpula del DEM amenazó con expulsarle, Arruda se apresuró a dejar el partido pero siguió en la Administración hasta que ha sido detenido mientras denunciaba que toda era una maniobra de desprestigio. «Ésta es una campaña insidiosa contra mí» destinada a «destruirme políticamente» y «a impedir mi participación en las elecciones» de este año, argumentó.

El ex gobernador se refirió así a la firme posibilidad que tenía de ser el compañero de plancha del precandidato presidencial José Serra, favorito a imponerse en los comicios del 3 de octubre sobre la postulante del gubernamental Partido de los Trabajadores, Dilma Rousseff, mano derecha del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Al conocerse el escándalo de corrupción, el Partido Socialdemócrata de Serra, aliado del DEM en la oposición, se apresuró a distanciarse de Arruda.

A pesar del alto nivel de popularidad que conserva Lula tras dos mandatos consecutivos, Rousseff se mantiene en segundo lugar en las preferencias del electorado con clara ventaja para Serra, gobernador de Sao Paulo. Aunque goza de una buena posición en los sondeos, Serra todavía no ha hecho pública su participación en las elecciones.