MUNDO BRITISH

Del 'porno para mamás' a la colmena del patio de colegio

Gill Hornby comienza a desbancar a ’50 sombras de Grey’ y se convierte en la sensación de la temporada literaria británica

MADRID Actualizado: Guardar
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Empezar una carrera literaria en la edad madura, cuando tus hijos mayores son ya unos veinteañeros independientes, no debe de ser fácil. Si además tu hermano se llama Nick Hornby y tu marido, Robert Harris, dos novelistas superventas cada uno en su género, la cosa se complica aún más: la tensión de saber que, hagas lo que hagas, te compararán con estas dos megaestrellas del mundillo literario británico puede bloquear a cualquiera.

Y sin embargo, Gill Hornby se ha convertido en la sensación de la temporada en el Reino Unido con su primera obra, ‘The Hive’ (La colmena). Tanto impacto ha generado el libro que muchos en la crítica y en el público coinciden en que el nuevo género en el que se ha adentrado Hornby, el de la novela de madres que esperan a sus niños a la puerta del colegio, está sustituyendo ya en las estanterías al desgastado ‘porno para mamás’ de ’50 sombras de Grey’.

Pero ojo, las madres de las que habla Gill Hornby (ella tiene cuatro vástagos) no son unas santas que se limitan a intercambiar consejos. El título, La colmena, alude a la pelea soterrada entre ellas para convertirse en la abeja reina: la que que sabe ganarse el favor de los profesores o la que epata a sus compañeras-rivales con las mejores recetas de cocina. “Todo está basado en hechos reales. En una ocasión me encontré en un grupo de mujeres que cocinaban y que se hacían llamar ‘Gourmet Gamble’ (‘Apuestas de gourmet’). Yo misma me dije: ‘Dios, ¿qué estás haciendo aquí?”, cuenta Hornby en una entrevista en el Guardian. Y ella misma resume qué le empujó a escribir sobre una temática tan apasionante pero a la vez, no demasiado explotada. “Yo no entiendo por qué la gente escribe de otras cosas que no tengan que ver con la familia. Todo el drama y toda la comedia están en ellas”.

Aunque siempre quiso escribir una novela, Gill Hornby asegura que nunca creyó que podría hacerlo porque le ha faltado confianza. “Pero mi marido siempre me animó a que lo hiciera y ya con 50 años, sin que los niños me necesiten demasiado, encontré no solo con el espacio mental para escribir, sino que también percibí que tenía algo que contar”, explica. La chispa, sin embargo, fue más prosaica. Hornby se encontraba en Tenerife cuando la ceniza volcánica dejó sin vuelos a Europa durante unos días. Se ofreció a enviar al Daily Telegraph, el periódico en el que trabajaba como columnista, historias de británicos que se quedaron en tierra. Como al Telegraph no le pareció interesante, Hornby las escribió para el Guardian. Y el Telegraph la despidió. “Ese fue la gasolina que necesitaba para ponerme a escribir”.

Hornby sabe que muchos la mirarán con lupa y que le costará quitarse de encima el sambenito de ‘hermana de…’ y ‘mujer de…’. “Nunca me he sentido a la sombra de Nick o de Robert. Lo único es que los dos han tenido unas carreras tan excepcionalmente impresionantes que habría sido humillantes si yo hubiera escribo un libro y hubiera sido un fracaso de ventas. Pero me las he arreglado para que las cosas salieran bien”.