FÚTBOL | PRIMERA DIVISIÓN

Messi no quiere sorpresas

Botía cabeceó a gol un centro de Rakitic antes del descanso pero el equipo azulgrana dio la vuelta al partido en la segunda mitad

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El Camp Nou amaneció blanco, cubierto por una fina capa de nieve y preocupado por la imagen que el Barça dio el miércoles en San Siro, y acabó este sábado esperanzado en que la remontada ante el Milan y la victoria frente al Madrid el martes son posibles. No tanto por el juego que el conjunto azulgrana desplegó ante el Sevilla, como por la actitud de los futbolistas, que fueron capaces de voltear un resultado que se les puso muy adverso.

Fue en un buen arranque de la segunda parte, en poco menos de un cuarto de hora. El tiempo suficiente para hacer dos goles, que a la postre dieron la victoria a los culés frente a los andaluces. El Barça continúa intratable en su estadio en el campeonato liguero -solo ha cedido un empate y fue ante el Madrid- y mantiene los 16 puntos sobre el conjunto blanco, que se antojan un muro infranqueable. El cuadro catalán tiene bien encarrilada la Liga, a pesar de que en los últimos choques ha mostrado dudas, sobre todo defensivas. Ahí está su talón de Aquiles y frente al Sevilla volvió a quedar en evidencia.

Especialmente en la primera parte que se le puso muy cuesta arriba. No puede decirse que el Sevilla fuera mejor que los culés en la primera mitad, pero los andaluces aprovecharon la oportunidad que tuvieron y se fueron al descanso con ventaja. Ante la falta de puntería de Messi en los lanzamientos de libre directo (tiró tres y no encontrón portería en ninguno) los primeros 45 minutos parecían abocados al empate. Hasta que Rakitic, el mejor del cuadro sevillano, lanzó un cambio de juego perfecto en el 42, que controló Coke, centró al segundo palo y Botía de cabeza hizo el primero. Jarro de agua fría para un Barça que ya empieza a acumular demasiados errores defensivos. En Milán sufrió lo indecible a balón parado y frente a los hispalenses, en la primera pelota bien colgada al área recibió un gol. El Barça tiene un problema, no cierra bien atrás, y ahora que llegan los duelos decisivos tendrá que apuntalar estos fallos si no quiere perder media temporada por culpa de malos marcajes.

El partido tuvo emoción por el resultado, pero arrancó frío. Poco público en las gradas, una hora intempestiva y una temperatura polar en el ambiente, factores que se contagiaron a los jugadores, que parecía que no lograban acabar de calentar los músculos. Daba la impresión de que las jugadas se hacían a cámara lenta. Nadie rompía a su par y al partido le falta mucho ritmo. En parte, porque ambos técnicos, Jordi Roura y Unai Emery se tomaron el duelo con ciertas precauciones. Las reservas propias de dos equipos que la semana que viene se juegan el primer todo o nada de la temporada en la vuelta de las semifinales de Copa, ante el Madrid el Barça y ante el Atlético los sevillanos.

Así, jugadores habituales como Kondogbia, Reyes y Negredo, además de Alberto, que últimamente estaba disputando la titularidad a Fernando Navarro, se quedaron de inicio en el banco pensando en la Copa. Igual que en el lado culé, en el que Song, Montoya y Thiago dieron descanso a Cesc, Puyol, Busquets, Alba y Xavi. Villa, Alexis y Messi formaron la delantera que estaba llamada a ser la de gala, pero que al final no ha acabado de funcionar, ya sea por lesiones, por incompatibilidades o por exigencias del dibujo táctico.

Tras el descanso, el Barça buscó un poco más de mordiente con Tello, que salió en parte de Alexis. Los azulgrana abrieron el campo y lograron empatar en seguida. Gran centro de Alves sobre Villa y el Guaje puso el empate de cabeza. El partido, al fin, se animó algo más. Sobre la hora de juego, Messi y Tello firmaron una gran jugada que supuso el 2-1 culé. En un cuarto de hora, el Barça le dio la vuelta al partido. Pero poco más, y luego hasta sufrió, porque Rakitic, Kondogbia y Negredo (estos dos últimos salieron en la segunda parte) pudieron empatar.