El grupo español Barón Rojo analiza la tragedia. (De i a d: Rafa Díaz, Armando de Castro, Gorka Alegre y Carlos de Castro). / Foto: A. Ferreras | Vídeo: V. Carrasco
UN MINUTO DE 2012 | avalancha EN HALLOWEEN

«Se buscan razones sociales y económicas cuando el culpable es quien comete el atentado»

Barón Rojo recuerda la tragedia de la fiesta en el Madrid Arena donde fallecieron cinco jóvenes

MADRID Actualizado: Guardar
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Steve Aoki pinchaba en Madrid. Uno de los dj más reconocidos del momento paraba en España dentro de su gira de conciertos. El lugar de la cita era el Madrid Arena, uno de los pabellones polideportivos de la capital donde han jugado el Real Madrid de baloncesto o el Estudiantes y por donde han pasado decenas de cantantes. Sin embargo, la fiesta, en la madrugada del 1 de noviembre. Una aglomeración en uno de los vomitorios, la falta de seguridad, la venta ilegal de más entradas de las permitidas fueron los ingredientes perfectos para la tragedia. Cinco chicas morían aplastadas. Katia Esteban Casielles, Rocío Oña Pineda y Cristina Arce de la Fuente lo hacían en esa jornada. Belén L. R., de 17 años, moría el 3 de noviembre mientras que María Teresa Alonso lo hacía el 29 de noviembre tras permanecer casi un mes en coma.

Después del suceso, llovieron las críticas y la búsqueda de responsabilidades. La empresa organizadora, Diviertt con Miguel Ángel Flores a la cabeza, echó la culpa del suceso a las dos empresas de seguridad encargadas del evento, Seguriver y Kontrol34, y después al propio Ayuntamiento de Madrid, propietario del recinto. "Este suceso me recuerda a lo que sucede en un atentado. Se empiezan a buscar razones socioeconómicas, si la pobreza, si te había dicho la semana pasada. Y la única culpa que tiene de un atentado es el que lo comete", explica Armando de Castro, uno de los fundadores de Barón Rojo, banda mítica del heavy-rock español. "Quizá había una culpabilidad de que las salidas de emergencia estuvieron cerradas. Es un mal que suele pasar mucho en esto del espectáculo", comenta su hermano Carlos.

El consistorio tomó medidas drásticas. Decidió cerrar todas las instalaciones municipales para eventos y revisar su seguridad, lo que le llevó a enfrentarse a la infanta Pilar, por el tradicional rastrillo navideño; y puso en un brete a la Academia de Cine y a la organización del Mundial de balonmano. La primera, decidió llevarse la gala de los Goya a un hotel con un auditorio de casi 2.000 butacas; la segunda, ha logrado adecuar la Caja Mágica. En el aspecto político, el suceso ya se ha cobrado una víctima. El presidente de Madrid Espacios y Congresos y concejal de Economía, Empleo y Participación Ciudadana, Pedro Calvo, dimitió al ser imputado. Además, la comisión del Ayuntamiento de Madrid descargó de todas las responsabilidades al equipo liderado por Ana Botella, también muy criticada porque días después del suceso se fue a Lisboa.

Por otra parte, mientras las investigaciones siguen, la Policía determinó que se habían vendido 16.791 entradas, lo que supone que había 6.141 asistentes más de los previstos. El exceso de aforo también lo ha vivido Barón Rojo, aunque nunca con esta intensidad. "No recuerdo que hayamos dejado de actuar porque las condiciones sean horripilantes. Con lluvia o porque no nos querían pagar", añade Armando.