luto en el mundo de la cultura

Muere el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer

El brasileño ha fallecido a los 104 años en un hospital de Río de Janeiro

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Oscar Niemeyer, uno de los arquitectos más influyentes del siglo XX, ha fallecido en el Hospital Samaritano de Río de Janeiro en el que llevaba varios días ingresado a causa de un agravamiento de su delicado estado de salud que llevó el martes a los médicos que le atendían a conectarlo a un respirador automático y mantenerlo sedado. Tenía 104 años y de su genio habían nacido algunos de los edificios más bellos construidos en las últimas décadas.

Ganador del Premio Pritzker de Arquitectura en 1988, del Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1989, del León de Oro de la Bienal de Venecia en 1996 y del UNESCO de la Cultura en 2001, por citar solo algunos de los muchos galardones que recibió a lo largo de su longeva y fructífera trayectoria, fue una de las figuras más influyentes de la arquitectura moderna gracias a edificios como la Catedral de Brasilia, el Pestana Casino Park de la ciudad portuguesa de Funchal, el Museo de Arte Contemporáneo de Niterói (MAC) o el Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer en Asturias, su única obra en España.

Nacido en Río de Janeiro el 15 de diciembre de 1907, se graduó en la Escuela de Bellas Artes de Brasil como ingeniero arquitecto en 1934. Niemeyer se curtió en el estudio del arquitecto Lúcio Costa y Carlos Leão. Militante comunista desde mediados de los años cuarenta, adquirió fama gracias a una pequeña iglesia erigida en homenaje a San Francisco a orillas del Lago de Pampulha bajo los auspicios del alcalde de la ciudad de Belo Horizonte y más tarde presidente brasileño Juscelino Kubitschek.

El arquitecto de Brasilia

Convertido ya Kubitschek en mandatario del país, encargaría a Niemeyer el diseño de decenas de edificios para la nueva capital, Brasilia, incluyendo la residencia presidencial, el Congreso Nacional, el Palacio de Itamaraty o la sede del Tribunal Supremo. Participaría también junto al franco-suizo Le Corbusier, quien le introduciría en el ideario modernista, en la elaboración del proyecto del edificio principal de las Naciones Unidas en Nueva York. En 1963 se convertía en miembro honorario del Instituto Americano de Arquitectos de los Estados Unidos y ese mismo año era distinguido con el Premio Lenin de la Paz.

En esa década comenzaría a firmar proyectos fuera de su país natal como la mezquita, el centro cívico y la universidad de Argel, en Argelia; la sede del Partido Comunista francés, en París, ciudad en la que residió como exiliado político desde 1966 hasta 1974; o el edificio de la editorial Mondadori en Milán.

Su obra, marcada por la sensualidad de las curvas, había conquistado la atención internacional. Con el fin de la dictadura regresó a Brasil, firmando el diseño de edificios como el Memorial JK, en Brasilia (1980), los 'sambódromos' de Río de Janeiro (1984) y Sao Paulo (1991), el Panteón de la Patria, en Brasília (1985) o el Memorial de América Latina (1987), en Sao Paulo.

Entre sus más recientes trabajos se cuenta la sede del Centro Cultural Internacional en Avilés (Asturias), más conocido como Centro Niemeyer, si bien su última obra, la Torre Digital, un cilindro de 180 metros de altura con pétalos de concreto, fue inaugurada el pasado mes de abril en Brasilia.