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El Bernabéu se olvida de juicios y disfruta de la ‘Champions’

La afición blanca ovacionó a Silva y al final se dejó llevar por el ímpetu de su equipo

MADRID Actualizado: Guardar
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A pesar de que el público del Santiago Bernabéu es diferente dependiendo de si juega un encuentro de Liga o uno de ‘Champions’, el partido ante el Manchester City servía de termómetro para que la afición merengue mostrara su estado de ánimo hacia los jugadores. Después de las palabras de Cristiano y su famoso «Estoy triste y el club sabe por qué», el Real Madrid volvía a jugar en su estadio y con la derrota ante el Sevilla aún reciente.

El público tuvo un comportamiento de lo más normal, salvo por la ‘química caliente’ que un encuentro de Liga de Campeones genera en los espectadores. Cuando los jugadores salieron a calentar, el número de asistentes no era el suficiente para sacar conjeturas. Ya había media entrada cuando se retiraron a los vestuarios y entonces hubo algún murmullo mínimo, casi indetectable, entre una mayoría de aplausos.

El momento anterior a que los futbolistas de ambos equipos saltasen al campo, se presentó a los jugadores a través del vídeomarcador. Después de los del Manchester City, a los que sus seguidores vitorearon con especial cariño para Agüero, fue el turno de los blancos. En ese momento los silbidos que más se hicieron notar fueron los que iban para la última foto: la de José Mourinho. Ahí sí que parte del público mostró su desacuerdo con el entrenador portugués, o al menos, no le dedicó el cariño al que le tenía acostumbrado en tiempos de vino y rosas.

Otro de los que iba a ser mirado con lupa era Cristiano Ronaldo. El crack quiso ganarse rápidamente la primera ovación y lo consiguió. Suyos fueron los dos primeros tiros del partido y el público se lo reconoció con aplausos. Fue en el minuto 20 cuando Mourinho salió del banquillo por primera vez, también sin ningún tipo de reacción negativa hacia él por parte de los espectadores.

De ahí hasta el final, el público se olvidó de juicios y plebiscitos. Animó a su equipo y al final se dejó llevar por el ímpetu del Real Madrid, acordándose de que estaban disfrutando de un encuentro entre dos de los más grandes equipos de Europa.

El momento más sorprendente del partido, ya que en muy rara ocasión el feudo blanco muestra su cariño por un jugador que no es de su equipo, fue la ovación a David Silva. El canario dejó el campo al cuarto de hora de la segunda mitad y el público del Santiago Bernabéu aplaudió al campeón del mundo y doble campeón de Europa con la selección. Puede que Florentino tomase nota de cara al futuro. Quién sabe.