La escritora y editora Esther Tusquets. / Archivo
luto en el mundo de las letras

Muere la escritora y editora Esther Tusquets

Dirigió durante casi cuarenta años la editorial Lumen, uno de los sellos mítico de la edición española

MADRID Actualizado: Guardar
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La escritora y editora Esther Tusquets ha muerto a los 75 años edad en el Hospital Clínico de Barcelona víctima de una pulmonía. Tusquets, que padecía párkinson desde hace varios años, dirigió durante casi cuarenta años la mítica editorial Lumen, en la que publicó autores capitales como Umberto Eco o las viñetas de Mafalda. Lumen fue durante un tiempo la editorial de Rosa Chacel y Ana María Matute, de la que Tusquets era muy buena amiga. Como prosista se dio a conocer tardíamente con la publicación de ‘El mismo mar de todos los veranos’, a la que siguieron ‘El amor es un juego solitario’ primera parte de una trilogía. Posteriormente entregó a la imprenta ‘Para no volver’ (1985), ‘Siete miradas en un mismo paisaje’ (1992), ‘La niña lunática’ (1996, premio Ciudad de Barcelona 1997), ‘El mismo mar de todos los veranos’ (1997), ‘Con la miel en los labios’ (1997) y ‘Varada tras el último naufragio’ (1998). En su faceta más mundana, la editora fue un distinguido miembro de la ‘gauche divine’, ese grupo de hijos de la burguesía catalana que desafiaron la grisura de la caverna franquista.

Tusquets vendió en 1996 el 80% de la editorial a Plaza y Janés y en 2001 la empresa se incorporó al grupo Random House Mondadori. Una decisión que nunca lamentó, pues su verdadera vocación era la de escritora.

Mantuvo una difícil relación con su cuñada Beatriz de Moura, editora de Tusquets, y mujer que estuvo casada con su hermano, el arquitecto Óscar Tusquest. El choque de egos envenenó una relación que llevó a ambas a seguir caminos separados en el mundo de la edición. Con todo, cuando De Moura se separó de Óscar Tusquets, la editora se avino a publicar su novela ‘Suma’.

Lumen nació cuando el padre de Esther, Magín Tusquets, adquirió en 1960 una pequeña editorial de textos religiosos a un familiar, de ahí el nombre del sello, que en su origen tenía por lema ‘A Dios por la ciencia’. Su progenitor compró Lumen a cambio de que Tusquest publicara uno o dos títulos al año. Entonces todo se diseñaba en la casa de sus padres, con Esther y su hermano Óscar como capitanes de la nave, y una más que parca plantilla integrada por una secretaria.

Tusquets se jactaba de haber publicado siempre libros acorde con sus gustos, al margen de criterios de marketing. En 1968, Carlos Barral le pasó un libro de un por entonces desconocido profesor y semiólogo, Umberto Eco. El opúsculo en cuestión era ‘Apocalípticos e integrados', un ensayo que luego hizo fortuna y hoy es casi de lectura obligatoria en las facultades de humanidades. Lo importante es que a partir de ahí nació una estrecho vínculo con el escritor italiano, quien cuando publicó en 1980 ‘El nombre de la rosa’ fue el artífice de que Lumen pudiera acometer la financiación de otros proyectos. La novela de Eco, las historias de Quino y ‘El diario de Bridget Jones’ constituyeron lo bombazos de una editorial selecta que cuenta en su catalogo con las obras de Virgina Woolf y el ‘Ulises’, de James Joyce.

En los últimos años se dedicó a escribir sus memorias, entre las que destacan obras como ‘Confesiones de una editora poco mentirosa ’o ‘Habíamos ganado la guerra’. Con su hermano Óscar, que discrepaba de algunos aspectos de sus aspectos vertidos en sus memorias, escribió ‘Tiempos que fueron’, un libro en los que los dos escritores plasmaron sus “fraternales desencuentros”. En su última novela, '¡Bingo! Confesó con humor y ternura uno de sus adicciones, la ludopatía.