Interior de la Bolsa de Madrid. / Archivo
MERCADOS | MADRID

Italia, la Banca y EE UU hunden al Ibex

El selectivo cierra en los 9.938,20 puntos, tras dejarse un 5,28% en el conjunto de los últimos cinco días de cotización

MADRID Actualizado: Guardar
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El contagio de la crisis de deuda a Italia ya es un hecho. Y con todo lo que ello implica, dado que Italia es el mayor deudor de la zona euro y la tercera economía de la región. Un dato: hace dos semanas, el mercado exigía una prima del 0,7% sobre los bonos italianos a diez años para invertir en bonos españoles. A mediados de junio, de un 0,8%. Hoy, esa prima de riesgo se había reducido hasta el 0,4%, su nivel más bajo en el último año. Porque, en estas dos semanas, el interés del bono español se ha mantenido levemente por debajo del 5,7%, mientras que la rentabilidad de la deuda italiana ha subido del 4,98% hasta el 5,26%. Hoy la situación se agravó bastante en el país trasalpino: según destacaba José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, el ministro de Finanzas italiano, Giulio Tremonti, que, por cierto, está involucrado en un caso de corrupción, afirmó que el país podría enfrentarse a un desastre si el Gobierno se muestra incapaz de llegar al equilibrio presupuestario en 2014. El Gobierno sigue discutiendo sobre las medidas de ajuste fiscal anunciadas hace unos días.

Las pérdidas se tornaron todavía más virulentas en el momento en que en el mercado corrió el rumor de que las pruebas de solvencia de la banca europea se publicarían al cierre de la sesión. La Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés), aclaró que se conocerán el próximo viernes, 15 de julio, y explicó que las entidades que suspendan el examen deberán tener preparado un plan de recapitalización en septiembre que deberán haber realizado en tres meses. El banco más atacado de Italia fue Unicrédito, porque es el único de los grandes que no ha acometido una ampliación de capital.

Las dudas sobre el sector financiero del país trasalpino son máximas. Tantas, que el próximo presidente del Banco Central Europeo y actual gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi, se vio "obligado" a salir a la palestra y afirmar que está seguro que los bancos italianos superarían por un amplio margen las pruebas de estrés. "En Italia, la expansión del crédito es mayor que en el resto de la zona euro y apoyará a los ingresos de los bancos", aseguró Draghi. "Las tensiones provienen de los temores de algunos analistas sobre el estado de las finanzas públicas de Italia. Las medidas fiscales aprobadas por el Gobierno, como Trichet dijo ayer, es un paso importante para la consolidación de las finanzas públicas, conseguir un presupuesto equilibrado en 2014 y el comienzo de una tendencia a la baja en la relación de la deuda sobre el PIB", añadió el presidente "in pectore" del BCE.

En efecto, los bancos italianos fueron los que más cayeron hoy. Unicrédito se desplomó casi un 8%. Intesa y Generali retrocedieron más de un 4%. Pero también hubo grandes damnificados entre los franceses: Société Générale y BNP perdieron alrededor de un 4%.

Porque estas pruebas de solvencia parece que serán más duras: los bancos deberán mostrar sus ratios de capital y previsiones de resultados para 2011 y 2012 así como sus posiciones en deuda pública. Por tanto, las autoridades europeas están dejando leer entre líneas que los bancos europeos están faltos de capital. El mercado se está estresando por los test de estrés.

Así, el Ftse Mib de Milán fue, con mucho, el índice que más cayó, con un recorte del 3,47%. Pero, a continuación, se situó el Ibex-35, con un recorte del 2,53%. Porque la prima de riesgo de la deuda española también sufrió. Al cierre, rondaba máximos por encima del 2,8%, con el tipo de interés del diez años español en el 5,67% y el del alemán hundido en el 2,83%.

En el Ibex, los valores que más bajaron también fueron los bancos, con el Sabadell a la cabeza, que retrocedió un 4,77%, seguido por CaixaBank, que perdió un 4,51%. Popular retrocedió un 4,10%, mientras que Santander y BBVA cayeron un 3,81% y un 3,71%, respectivamente. Bankinter lo hizo algo mejor: cayó un 3,14%.

Entre los valores que más perdieron, también Técnicas Reunidas, que se dejó un 4,33%, o algunas constructoras, como Sacyr Vallehermoso, Acciona o FCC, con pérdidas de más de un 3%. Los otros grandes valores del Ibex no fueron ajenos a las fuertes pérdidas: Repsol perdió un 2,94%, Telefónica, un 2,63%, e Iberdrola, un 2,42%.

En el otro lado de la tabla, Grifols lideró los avances, con un repunte del 1,80%, seguido de Inditex y BME, que avanzaron alrededor de un 1,15%. Mediaset y Ferrovial completaron la lista de valores al alza, con subidas de un 0,19% y de un 0,14%, respectivamente.

Malos datos de empleo en EE UU

De nuevo, el Dax alemán sobrevivió mejor a las ventas: al cierre cedía un 0,92%, una caída no desdeñable, pero en nada ligada a los avatares de la crisis de deuda, que parecen venirle hasta bien: sus costes de financiación permanecen bajos y, como vimos ayer, la balanza comercial sigue sorprendiendo por su fortaleza. Así, el Dax alemán se mantuvo en verde hasta que se publicó el pésimo dato de empleo de Estados Unidos. En realidad, a todos los indicadores europeos les perjudicó pero al Dax fue al único al que llevó a números rojos. Efectivamente, fue un informe de empleo, como dice Krugman, "seriamente feo". El empleo no agrícola aumentó en junio sólo en 18.000 personas, por debajo de los 105.000 previstos por los analistas. El sector privado contrató a 57.000 nuevos trabajadores, menos de los 132.000 que se esperaban. Con ello, la tasa de paro subió del 9,1% hasta el 9,2%, cuando se esperaba que se mantuviera estable. La creación de empleo fue la menor de los últimos nueve meses. Además, como apunta Campuzano, la debilidad del dato es mayor en otros aspectos: descenso de las horas trabajadas, mantenimiento de los salarios por hora y caídas tanto en la población activa como en el empleo.

El presidente Barack Obama afirmó que en la debilidad de estos datos influyó la incertidumbre sobre las negociaciones para elevar el techo de deuda. José Luis Martínez considera que ello se ha dejado sentir, también la crisis soberana europea, la lenta recuperación de la producción en Japón y los precios de la gasolina, que siguen siendo altos y que han pesado en los costes de las empresas. Pero la decepción fue todavía mayor por la salud que habían mostrado los datos publicados el día anterior por la ADP, según la que, en junio se habían creado 157.000 puestos de trabajo en el sector privado.

Con este dato, los indicadores de Wall Street no podían hacer otra cosa que comenzar la sesión con descensos. Se publicó otro dato de más difícil interpretación: las cifras de inventarios, que aumentaron un 1,8% en mayo, más del doble de lo previsto por los analistas, por la caída de las ventas.

Lo cierto es que, en el Ibex, la publicación del dato de empleo provocó una fuerte caída desde los 10.171 hasta los 10.050, nivel desde el que continuó cayendo hasta los 9.938 puntos, nivel al que cerró.

En el mercado de divisas, el tipo de cambio entre el euro y el dólar dio bastantes bandazos entre 1,4350 dólares por euro por arriba y 1,4220 unidades por abajo.

En el mercado de materias primas, descensos, especialmente en el barril de crudo West Texas, de referencia en Estados Unidos, que bajó 2,44 dólares, hasta los 96,23 dólares. Mientras, el oro cerró su mayor avance semanal desde el año 2009, como muestra de que los inversores están buscando refugio. Al cierre de la sesión europea, la onza de oro se cambiaba por 1.542 dólares. Esta búsqueda de refugio también se vio en el bono alemán y en el americano. El interés de este último en su plazo a diez años bajó hasta el 3,02%.

Por malos, destacaron el Ftse Mib de Milán y el Ibex-35. Por bueno, dado el contexto, el Dax alemán. Entre medias se situaron, por ejemplo, el Cac 40 francés, que retrocedió un 1,67%, el PSI-20 de Lisboa, que retrocedió un 1,43% y el Ftse 100 británico, que bajó poco más de un 1%.

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