María López Moreno, retratada por su padre, Antonio López.
opinión

«Me maravilla su energía»

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Los cuadros y las esculturas de mi padre han formado parte de mi vida desde pequeña. He crecido con ellos. Me los encontraba en el baño, en el salón, en los pasillos, en las distintas habitaciones de nuestra casa y también, claro, en el sótano, donde él tiene su estudio. Su vida como pintor nunca se ha separado de su vida personal, como han hecho otros artistas. Para él todo ha ido unido. Recuerdo ver el proceso de creación de 'Mujer en el baño', 'La cena', las vistas de Madrid, y tantas obras inacabadas que aparecían en cualquier parte… Participábamos de su obsesión por el detalle, de sus cuidados puntillosos y de sus reflexiones. Posábamos para él durante horas y horas y, mientras tanto, él procuraba hablarnos para que no nos durmiéramos o nos ponía música. Estuve muchos días posando para el dibujo que protagonizo y que aparece en esta exposición. Mucha gente dice que aún me parezco mucho a la niña del cuadro y, aunque hayan pasado tantos años, sí es cierto que la mirada es la misma. Aún me fascina.

Al ser mi madre también pintora, las conversaciones familiares giraban muchas veces sobre su trabajo, que siempre ha sido su vida. Sus amigos, también artistas, nos visitaban con frecuencia y de vez en cuando veíamos a mi tío Antonio, también pintor, en Tomelloso. Mi hermana y yo manejábamos pinceles y óleos con gran familiaridad y nos iniciamos en el arte, pero no llegamos a tener el nivel de compromiso que han tenido ellos. Ese instinto y esa dedicación plena.

He visto las cosas tan de cerca que participar ahora en el montaje de esta gran exposición como comisaria me ha llenado de felicidad. Han sido dos años de trabajo participando de las dudas y los pensamientos de mi padre. Le presto ayuda técnica en su estudio. Un montaje así da miedo y su exigencia es siempre tan elevada que han sido meses de pensar y dar vueltas y vueltas para buscar soluciones. Hasta el último día. A veces trato de alejarme un poco. De mi padre me sigue maravillando su enorme energía, su capacidad y su talento. Estos días le veo feliz. Con la misión cumplida.