amplio despliegue policial

Los manifestantes logran retrasar el tren nuclear que va camino de Alemania

El convoy, que ha partido de Francia, va cargado con residuos que deben ser restituidos mañana a su país

PARÍS Actualizado: Guardar
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Grupos de militantes antinucleares han logrado retrasar en Caen (noroeste de Francia) en más de tres horas la marcha de un tren francés cargado con residuos nucleares alemanes que deben ser restituidos mañana a su país.

En torno a un centenar de activistas han ocupado las vías del tren a la entrada de Caen, lo que ha obligado a parar el convoy ferroviario desde antes de las 16.00 horas locales (15.00 GMT) y hasta las 19.00 horas locales. Las fuerzas del orden, muy numerosas para proteger el tren, han tenido que emplearse para apartarlos, en particular de los que se habían encadenado a las vías.

Había salido a primera hora de la tarde de la estación de Valognes, también en Normandía, junto a la planta que tiene el grupo estatal Areva en La Hague dedicada al tratamiento de combustibles usados de las centrales atómicas para reducir su radiactividad.

Más de 20.000 agentes movilizados

El convoy, compuesto de 308 contenedores de residuos de alta radiactividad repartidos en los catorce vagones, tenía inicialmente previsto llegar a su destino en Gorbelen, al norte de Alemania, mañana por la noche.

Sin embargo, las organizaciones ecologistas han prometido nuevas acciones sorpresa de carácter pacífico para manifestar su rechazo a este transporte a lo largo del recorrido. Para hacerles frente, agentes antidisturbios viajan en un vagón del tren, que está permanentemente supervisado por fuerzas del orden en tierra y por varios helicópteros. Todo eso antes de entrar en Alemania, adonde debería llegar mañana, y donde se han movilizado a 20.000 agentes para evitar incidentes antes de su llegada a Gorbelen, al noroeste de Berlín.

Según Greenpeace, la radiactividad acumulada en los contenedores de este transporte equivale a dos veces la que se liberó en el accidente de la central nuclear de Chernóbil en 1986. La presidenta de Areva, Anne Lauvergeon, ha descalificado las comparaciones de los ecologistas con el accidente de Chernóbil y ha puesto el acento en que se trata del undécimo transporte de este tipo desde 1996 para devolver a Alemania materiales de sus centrales una vez finalizado el tratamiento en La Hague. En línea con los argumentos de la presidenta, un portavoz de Areva ha señalado a modo ilustrativo que el convoy es "una fortaleza rodante" que sería capaz de resistir el impacto de otro tren en marcha.